Los jefes de Estado y de Gobierno españoles y portugueses mostraron su buena sintonía en un acto marcado por las distancias de seguridad y las mascarillas. Aunque estuvo animado por un cuarteto de cuerda de la orquesta de Extremadura que interpretó los dos himnos nacionales.

El presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, fue el primero en llegar, recibido por el presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara.

Juntos salieron a dar la bienvenida al rey Felipe VI en la explanada frente a la puerta principal del Museo Arqueológico de la Alcazaba de Badajoz.

Los dos mandatarios españoles recibieron, después, al primer ministro portugués, António Costa, y al presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, que llegaron a la vez.

Tras la foto de familia con las banderas de España y Portugal de fondo, una vez escuchados los himnos oficiales, los cuatro se asomaron a la muralla de la Alcazaba.

Desde arriba se veía una desierta plaza San José (del siglo I) donde apenas se concentraron una docena de personas. Unas con banderas de España y gritos de "¡viva el Rey!"; otras con banderas republicanas y proclamas de "España, mañana, será republicana" y “gastos reales para escuelas y hospitales”.

Las dos delegaciones volvieron al museo antes de desplazarse a Elvas, a 20 kilómetros, el enclave portugués en el que se repetirá la escenificación.