Así lo expresaron algunos de los usuarios atendidos por Proyecto Hombre durante la presentación del informe sobre el perfil de personas a las que asiste la organización y la directora ejecutiva de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, Ghada Waly, coincidiendo con la conmemoración, este viernes, del Día Internacional de la Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas.

Durante el confinamiento, Proyecto Hombre atendió a más de 6.000 usuarios, entre ellos Alberto, de 41 años, que reconoció cómo, a pesar de que se presentaba como un “reto complicado”, agravado por cierto grado de “desmotivación”, su reclusión en el centro de La Rioja, donde seguía un programa residencial, ha supuesto “ese paso más” para romper con su situación y ha “acelerado” su proceso de recuperación.

Aunque fue un periodo “con muchos momentos de tensión, de querer dar portazos, de salir a gritar”, a su juicio, “lo más duro” fue la “selección” de candidatos que el centro se vio obligado a hacer para garantizar la seguridad y que, según él, “pudo causar el abandono de algún compañero”. Por el contrario, valoró, sobre todo, las “herramientas” con las que ahora cuenta para “gestionar” su problemática “de otra forma”.

“Antes todo se hacía una bola, metías la cabeza en el agujero y, cuando intentabas arreglar las cosas, las torcías más”. “Hoy en día, considero que ya no es así, aunque aún queda camino, porque siempre queda camino”, aseguró, convencido de que el proceso ha sido “duro, pero muy gratificante y muy positivo”.

Tras haber “superado muchas etapas” y pasar un año en el centro con un “parón” que le llevó a prisión por tráfico de drogas y a ingresar en el módulo terapéutico que gestiona esta entidad, ahora su “mayor preocupación” es encontrar trabajo una vez que ha recibido, “con mucha ilusión”, el alta que le ha permitido pasar al programa ambulatorio de la asociación.

En la actualidad, Alberto se siente “bien, lleno, tranquilo, satisfecho y orgulloso” así como agradecido a las personas que le han acompañado y apoyado durante todo el proceso, a las que ha causado “muchos daños y preocupaciones, pero que han seguido al pie del cañón”. “Antes me sentía frustrado y triste con mi vida porque llega un punto en el que te ves con 40 años, con muchos años de condena y empezando a sentir de verdad los daños físicos y mentales de la droga y piensas que hay que dar un paso hacia adelante, porque ya más fondo no se puede tocar”, advirtió.

El teléfono de Proyecto Hombre “no ha parado de sonar” durante este periodo, según la propia organización, que también ha atendido a cerca de 5.600 familias de personas con adicciones, como Juani, madre de un joven de 33 años que sigue un programa en la comunidad terapéutica de La Rioja. Su progenitora confiesa que “rezó para que se pudiese quedar allí durante el confinamiento” y cree que esa posibilidad ha sido un “regalo maravilloso” por el que está “profundamente agradecida” porque sabía que su hijo “estaba en las mejores manos” para continuar un proceso que “da la vuelta del revés a toda la familia”.

Según la ONU, adolescentes y adultos jóvenes representan la mayor parte de quienes consumen drogas y abordar este problema mundial “requiere respuestas basadas en hechos, solidaridad y compasión”, a juicio de la directora ejecutiva de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, Ghada Waly. En un comunicado, subrayó que cerca de 35,6 millones de personas en todo el mundo padecen algún trastorno asociado al uso de drogas, de acuerdo con el Informe Mundial de Drogas 2020 presentado por esta agencia y según el cual, además, alrededor de 269 millones de personas consumieron drogas en el año 2018, con un aumento del 30% con respecto a 2009.

Depués de puntualizar que solamente una de cada ocho personas que necesita tratamiento por el uso de drogas, lo recibe y 585.000 personas murieron en el año 2017 por consumo de sustancias, un cuarto más que en 2008, denunció que las drogas ilícitas “están aún más disponibles, son más diversas y más potentes que antes”, lo que, para ella, “dificulta la aplicación de la ley, plantea mayores riesgos para la salud y obstaculiza los esfuerzos para prevenir y tratar trastornos asociados al consumo de drogas”.

Este Día Internacional de la Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas se celebra bajo el lema ‘Mejor conocimiento para un mejor cuidado’ y recuerda que abordar el consumo de drogas y sus consecuencias desde un enfoque centrado en la salud, basado en los derechos y “sensible” a las cuestiones de género “permite proveer mejores servicios de salud pública”.

La responsable de esta oficina de la ONU instó a la comunidad internacional a mostrar una “responsabilidad compartida” para hacer frente a la oferta de drogas ilícitas y reducir su demanda e hizo un llamamiento a la sociedad civil para continúe apoyando a los “más vulnerables”.

Este viernes tendrá lugar un evento conmemorativo especial del sexagésimo tercer período de sesiones de la Comisión de Estupefacientes, dedicado a esta efeméride, en el que se presentará el Informe Mundial sobre Drogas 2020 y se producirá un debate sobre el impacto de la pandemia en la situación mundial de las drogas, copatrocinado por la UE.