Se trata del mayor contrato en la historia de Navantia-Windar en el sector de la eólica marina y que afianza más de años de relación entre el consorcio de Iberdrola en los que suma contratos por un valor cercano a los 1.000 millones, según informó hoy la compañía energética.

La concesión la realiza Iberdrola a través de su filial Ailes Marines y comprende la fabricación de los jackets por parte de Navantia en sus instalaciones en Fene y de los pilotes por parte de Windar en su sede de Avilés.

El ensamblaje final de todos los subconjuntos se realizará en las instalaciones de los astilleros gallegos. Entre los encargos previos de Iberdrola a la UTE figura proyectos para los parques eólicos marinos Wikinger, en aguas alemanas del mar Báltico, e East Anglia One, en el Reino Unido.

El acuerdo ha sido suscrito esta mañana en el astillero de Navantia en Fene (A Coruña) por el presidente de Iberdrola, Ignacio Galán, la presidenta de Navantia, Susana de Sarriá y el presidente de Windar, Orlando Alonso, en presencia del presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo y del delegado del Gobierno en Galicia, Javier Losada.

Según Galán, el acuerdo prueba, además de avanzar en una energía limpia como la eólica marina, “que la economía verde es un gran polo de industrialización y de empleo sostenible y de calidad, ahora que la revitalización de la actividad es más importante que nunca”.

El nuevo contrato dará empleo a más de 2.000 profesionales de forma directa de los que casi 1.000 corresponden a empleos generados en Navantia-Windar en Galicia y Asturias, y más de 1.100, repartidos entre diversas empresas en Francia.

Una novedad de este contrato es que Navantia-Windar abrirá una planta en Brest, donde se fabricarán los stabbings, nudos inferiores, y la estructura de celosía para 34 de los 62 jackets del parque. A dichos empleos directos esperan que se sumen varios miles de empleos que se generarán en contratistas locales, tanto en España como en Francia.

El parque eólico marino de Saint-Brieuc dispondrá de una potencia cercana a los 500 megavatios (MW) y será capaz de generar energía limpia suficiente para satisfacer el consumo de electricidad de cerca de un millón de personas. Ubicado en aguas de la Bretaña francesa, en un área de aproximadamente de 78 kilómetros cuadrados, la instalación prevé iniciar su explotación en 2023.

Para ello, Iberdrola invertirá 2.400 millones de euros. Su instalación se enmarca dentro de la apuesta de la energética por el mercado francés, en el que Iberdrola piensa invertir hasta 4.000 millones de euros en los próximos cuatro años.