Laboral
Fedea cree que el diseño del Ingreso Mínimo Vital no genera incentivos económicos para buscar trabajo
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La Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) señala que el diseño del Ingreso Mínimo Vital no genera incentivos económicos a los beneficiarios para buscar un trabajo o emplearse más horas, salvo que sea “en negro”.
En un informe, la fundación analiza el ingreso mínimo aprobado la pasada semana en Consejo de Ministros y dirigido a reducir la pobreza en España.
Fedea valora que, pese al “retraso considerable” en dar luz verde a esta nueva prestación, viene a cubrir una “laguna que persistía en las medidas adoptadas para proteger a los hogares de los efectos de la crisis del Covid-19” que no estaban cubiertos por el resto de programas existentes.
Sin embargo, observa que el diseño de la nueva prestación plantea “algunos problemas importantes que convendría tratar de corregir durante su tramitación parlamentaria”
En particular, señala el tipo marginal de gravamen del 100% sobre las rentas propias de los beneficiarios como un criterio que desincentiva la búsqueda de trabajo o emplearse durante más horas.
Puesto que la cuantía de la prestación es la estrictamente necesaria para llevar la renta del hogar hasta el nivel garantizado, sus beneficiarios podrán buscar trabajo sin riesgo de perder la prestación, pero “no tendrán ningún incentivo pecuniario para hacerlo, o para trabajar durante más horas si tienen empleo, porque sus ingresos totales seguirán siendo los mismos en cualquier caso, siempre que sus ingresos propios no superen el umbral garantizado”.
Más aún, Fedea considera que “dado el tratamiento confiscatorio que se da a los ingresos declarados, los incentivos a ‘trabajar en negro’ serán muy fuertes”. En este sentido, afirma que “parece muy dudoso que un tipo de gravamen del 100% pueda ser el óptimo” y plantea reducir ese tipo para que el ingreso mínimo se convierta en “un complemento salarial o impuesto negativo”.
Por otra parte, considera “mejorable” el hecho de ligar la cuantía del IMV a los ingresos del año anterior porque el procedimiento “generará un retraso muy considerable en la percepción de una ayuda que debería ser rápida”. En este punto, Fedea propone considerar “con ciertas cautelas” la renta media mensual de los últimos tres o cuatro meses.
En cuanto a la coordinación en la gestión con las comunidades autónomas, la fundación cree que este aspecto no se ha resuelto bien porque el ingreso mínimo estatal se introduce antes de que se hayan podido adaptar las rentas autonómicas a la nueva situación. Esto “habría exigido una tramitación más pausada y una prestación de urgencia de carácter transitorio”.
En particular sobre la gestión de esta ayuda, Fedea cree que, “si como parece previsible y lógico”, la firma de convenios con las regiones termina “en una cesión generalizada de la gestión” del Ingreso Mínimo Vital a las comunidades autónomas, “sería preferible tomar esa vía directamente, mediante la cofinanciación parcial de las ayudas autonómicas a cambio de la adopción de requisitos mínimos de cobertura y cuantía para tales prestaciones en todo el país”.
Por otra parte, el estudio de Fedea también aborda la evolución de la economía española bajo el impacto del Covid-19 y considera que el aumento en la ocupación, la salida de trabajadores en Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) y el incremento en el número de contratos firmados el pasado mes “sugiere que la economía española habría tocado fondo en las últimas semanas y podría estar iniciando un incierto proceso de reactivación en paralelo al desconfinamiento”.
Por el momento, destaca que la situación “sigue siendo muy preocupante” al indicar que la tasa de paro efectiva -teniendo en cuenta además a los afectados por ERTE y beneficiarios de cese de actividad- se situaría en el 36%, sólo cuatro décimas por debajo de la de abril.
Además, constata que los territorios que accedieron el 11 de mayo a la fase 1 han recuperado en mayo un 31,5% de la afiliación perdida en marzo y abril, mientras que los que accedieron el 25 de mayo sólo recuperaron un 9,1%. Si se sustrae de la afiliación a los afectados por ERTE para calcular el empleo efectivo, la recuperación es mucho menor en todos los territorios. Para los que accedieron el 11 de mayo a la fase 1 sería de un 17,5%, para los que accedieron el 18, un 15,2%, y para los que lo hicieron el 25 de mayo, de un 7,8%.
(SERVIMEDIA)
05 Jun 2020
MMR/mjg