La proposición, presentada por CiU, contó con el apoyo expreso del PP, el PNV, ERC y CC. Por el contrario, PSOE, BNG, IU-ICV y UPyD la rechazaron.

El diputado de CiU Josep Sánchez Llibre defendió la propuesta asegurando que este tributo es "el peaje de la muerte". "Es la mordida que han de pagar los herederos a la hacienda pública para disponer de los bienes de los fallecidos", afirmó.

En este sentido, apostó por la supresión de este impuesto que supone un "peaje que castiga básicamente a las clases medias españolas". Para el diputado catalán, "es un impuesto claramente confiscatorio y de una voracidad fiscal insaciable" que, además, "perjudica a los que ahorran, no a los que gastan".

Sin embargo, los partidos que se manifestaron en contra, criticaron que CiU presentara esta propuesta cuando el objetivo es la reducción del déficit y la supresión del impuesto afectaría a los ingresos de las comunidades autónomas.

Así lo adviertieron los diputados de ICV Joan Herrera y de BNG Francisco Xesús Jorquera. El parlamentario de ICV afirmó que traer esta medida al Congreso en este momento debería avergonzar al diputado de CiU. También se manifestó en contra el diputado del PSOE José Javier Lasarte, quien apuntó que es un tributo que se aplica "en la mayoría de la OCDE".

Por su parte, la diputada de UPyD, Rosa Díez, denunció que la proposición "lanza un mensaje negativo a la sociedad española" y reclamó una reforma fiscal "en profundidad".

Por el contrario, el diputado del PP Antonio Gallego anunció el apoyo de su partido a esta proposición ya que esta medida "es un compromiso programático" del partido. Por esta razon, aunque admitió que no hay "una coincidencia al cien por cien" con la redacción de la proposición, "sí estamos de acuerdo con los objetivos y la filosofía que lo inspira".

Además, aseguró que su respaldo a la supresión de este impuesto para los casos de familiares directos "es tan firme, que en todas las comunidades autónomas en las que gobernamos hemos bonificado el 99,9% de la tarifa de este impuesto".

ERC votó también favorablemente a la toma en consideración de la proposición ya que consideran que este tributo "se ha convertido en un impuesto con muchas distorsiones y con muchas injusticias".

El diputado de ERC Joan Ridao denunció el distinto tratamiento que el impuesto tiene entre las comunidades autónomas, lo que ha provocado que se convierta "en un elemento de competencia fiscal y, en algunos casos, de la política desfiscalizadora de la derecha".

Por esta razón, reclama una "amplia reforma del tributo" que, entre otras cosas, exima de su pago a los patrimonios familiares y que haga hincapié en evitar la doble tributación.

La medida contó también con el apoyo del PNV y de Coalición Canaria. En este último caso, el diputado José Luis Perestelo aseveró que la propuesta "responde a la lógica y al sentido común.