Así se pronunció Robles durante su comparecencia ante la Comisión de Defensa en el Senado en la que dio cuenta de las acciones llevadas a cabo durante la pandemia e hizo un repaso de las iniciativas que pretende impulsar durante su mandato al frente del Ministerio.

Lo hizo en respuesta a los grupos parlamentarios que le preguntaron por los motivos por los que EEUU se decantó por el proyecto italiano de fragata clase Fremm como modelo de diseño para la futura serie de 20 fragatas de misiles guiados de la US Navy, en detrimento de la oferta presentada por Navantia.

Navantia se apoyaba en el astillero estadounidense General Dynamics Bath Iron Works para construir las fragatas en Maine.

El contrato asciende a 795 millones de dólares y contempla el diseño y la construcción de un buque de la serie de los 10 previstos, ascendiendo la suma total para construir en EEUU a 5.580 millones, por lo que Navantia nunca habría optado al mismo, sólo a la parte proporcional de diseño.

Ante esta situación, Robles explicó que la decisión de EEUU fue “absolutamente empresarial” y dejó claro que Navantia “no iba a construir nada”, por lo que en España “no se iban a crear puestos de trabajo”, aunque la empresa sí hubiera ganado "prestigio".

Adujo que el astillero ganador, el italiano Fincattieri Marinette Marine, tiene sede en Wisconsin, uno de los Estados que Donald Trump considera clave para revalidar su victoria en las elecciones presidenciales de noviembre.

Por último, comentó que la oferta italiana era “muchísimo más barata y creaba empleos” en un Estado importante en la estrategia de Trump para conseguir estar cuatro años más en la Casa Blanca.