Protestas
Iglesias avisa del peligro de que los escraches se generalicen y dice que él nunca los promovió
- No obstante, insiste en que las protestas contra políticos son "parte de la democracia" y "hay que venir llorado de casa"
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El vicepresidente primero del Gobierno, Pablo Iglesias, confesó este martes en relación a los escraches a domicilios privados de políticos que le “preocupa que esto se pueda generalizar” y aseguró que él nunca defendió ir a protestar “a la casa de nadie”, si bien pareció curarse en salud cuando eludió quejarse de los que sufre él: “A la política hay que venir llorado de casa”.
Así se pronunció en una entrevista en 'laSexta' recogida por Servimedia cuando se le preguntó por las concentraciones de ciudadanos contrarios al Gobierno ante el domicilio del ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, José Luis Ábalos, y ante el suyo propio.
“Cuando se tienen responsabilidades políticas, hay que venir llorado de casa, no hay que quejarse de nada y lo que venga tendrá que venir”, respondió inicialmente. Aunque luego añadió: “Sí me preocupa que esto se pueda generalizar”.
En este sentido, desarrolló que, si se generaliza, “va a terminar ocurriéndole a otros líderes políticos”, de forma que “mañana será gente de izquierda manifestándose frente al apartamento de Ayuso, enfrente de la casa de los Espinosa de los Monteros, de la casa de Abascal”, o ante el domicilio de algún periodista al que consideren del espectro ideológico contrario.
“Yo creo que esto es malo, esto hay que evitarlo, hay que intentar que en nuestra sociedad el derecho a la libre reunión y manifestación se protejan, pero evitando situaciones de crispación que nadie deseamos”, recomendó, aclarando, eso sí: “Yo dispuesto a aguantar lo que venga sin ningún problema, que para eso estamos en política”.
Sin embargo, a Iglesias se le mencionaron tuits de líderes del PP y Ciudadanos como el del eurodiputado Esteban González Pons y la vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís, que criticaron los escraches a domicilios de ministros pero recordaron que en su día fueron ellos quienes sufrieron acoso y presiones de militantes de izquierda, luego dirigentes de Unidas Podemos.
El vicepresidente insistió en que “en el contexto de crisis, que los políticos seamos objeto de protestas es legítimo siempre”, y que no tienen ningún derecho a quejarse, pero, ante las alusiones de dichos tuits, aseguró: ”Yo nunca he defendido que vayan a la casa de nadie". "Otra cosa es que, cuando uno tiene un cargo público, tiene que asumir que la gente pueda protestar, o que te pueden decir algo por la calle, como es normal, o que la gente vaya a la sede de tu partido o al lugar donde trabajas porque eso forma parte de la democracia”.
Finalmente, volvió a la advertencia inicial: “El problema es que esto se sabe por dónde empieza, pero no se sabe dónde acaba, y si esto se generaliza, si la gente entiende que la forma lógica de protestar es ir a casa de Ayuso, de Abascal, de Casado, de Espinosa de los Monteros o a casa de periodistas que se convierten en referentes de opinión, entraríamos en una situación muy negativa, y creo que la sociedad no quiere crispación, especialmente en un momento como el de ahora”.
(SERVIMEDIA)
19 Mayo 2020
KRT/mjg