En su intervención en el acto oficial de homenaje a los héroes del Dos de Mayo, Trinidad mostró su deseo de que la sociedad madrileña “pueda sentirse orgullosa de sus políticos”.

“Quiero aprovechar esta excepcional ocasión para pedir a la clase política que sepamos estar a la altura del reto histórico de la reconstrucción; que tengamos altura de miras, seamos generosos por encima de los particulares intereses partidistas y demostremos una sincera voluntad de entendimiento. Los ciudadanos no esperan menos de nosotros y a ello debemos comprometernos todos, yo el primero”, añadió.

Dijo que confía en que la sociedad madrileña pueda superar esta crisis y sus consecuencias sin olvidar nunca a los que nos dejaron y a los que ayudaron a vencerla, y siga avanzando hacia el futuro como una sociedad más fuerte, más justa y unida.

El presidente de la Asamblea aseguró que, más de dos siglos después del día en el que el pueblo de Madrid se levantó en armas contra el invasor francés, una pandemia devastadora ha hecho que nos volvamos a sentir orgullosos de la determinación y el sacrificio de los madrileños.

“Ciudadanos que vivís en la Comunidad de Madrid, a vosotros quiero dirigirme precisamente en estos términos, pues habéis demostrado ser auténticos ciudadanos, renunciando responsablemente a amplias parcelas de vuestra libertad en favor del bien común, comprendiendo cada individuo que forma también parte de una comunidad que lo ampara y a la que debe proteger”, afirmó.

Trinidad también expresó un mensaje de gratitud a los “héroes anónimos y cotidianos” que han permitido al resto de los madrileños empezar a atisbar la salida de esta crisis: “Mientras millones de personas permanecíamos en la seguridad de nuestras hogares, había personas que se ocupaban, día tras día, de trasladar y de curar a los que caían enfermos, personas que nos expedían medicamentos, personas que seguían limpiando las calles, personas que seguían velando por nuestra seguridad; personas que se aseguraban de que el agua siguiera saliendo del grifo y de que la luz se encendiese al accionar el interruptor; otras que reponían los estantes de los supermercados, que conducían metros y autobuses; personas, en definitiva, que nos permitían seguir adelante”.