En opinión del banquero es hora de “mirar hacia adelante y trabajar en un plan de retorno,” priorizando la salud, pero “acelerando también el levantamiento de restricciones cuando se den las circunstancias para ello”.

“Las bajas tasas de nuevos infectados y la mayor capacidad hospitalaria disponible en muchas zonas nos abren la esperanza de que sea pronto”, confió después de que el banco desvelase las mayores pérdidas de su historia tras dotar 1.433 millones por la crisis del Covid-19 y por el ajuste del fondo de comercio en Estados Unidos en otros 2.084 millones.

Bajo este escenario, el banco ha decidido además cancelar el pago de dividendos este año hasta que “desaparezcan las incertidumbres generadas por el Covid-19” y, en ningún caso, antes del cierre del ejercicio.

Torres explicó que, sin singulares BBVA ganaría 292 millones en el trimestre, tras haber logrado un margen neto de 3.566 millones de euros, con un crecimiento interanual del 14%. Sin la provisión por el Covid-19, el resultado crecería un 6,4% y alcanzaría los 1.258 millones.

“Esta recurrencia del beneficio antes de provisiones, nuestra sólida posición de capital, la sólida posición de liquidez, nuestro modelo de negocio diversificado y nuestras capacidades digitales, nos permiten afrontar la crisis desde una posición de fortaleza”, afirmó.

El banquero quiso lanzar un mensaje de esperanza a través de un video divulgado en la web de BBVA, persuadido de que, “no sin esfuerzo, pero saldremos más fuertes de esta crisis, habiendo crecido como personas y como sociedad”.

Para ello afirmó que en esta situación “todos tenemos que dar un paso al frente para ayudar”. “Por supuesto, las empresas. Los bancos jugamos un papel especialmente relevante; los bancos somos una parte importante de la solución”, refirió y recordó que BBVA ha donado más de 35 millones de euros para comprar material médico crítico, apoyar a colectivos vulnerables y también la investigación sobre la enfermedad.

También mencionó las medidas financieras puestas en marcha para ayudar a clientes con la disposición de 10.000 millones a las empresas antes de que se aprobase la línea de avales del ICO. “Este apoyo –explicó- resulta esencial para proteger el tejido productivo, para preservar el empleo, para preparar una fuerte recuperación”.