Son los pronósticos realizados por Bankinter en un informe publicado este lunes donde augura que las transacciones inmobiliarias serán “próximas a cero” mientras se mantengan las actuales medidas de contención por la inexistencia de actividad notarial, registral o de tasadores.

Si se cumple dicha estimación desaparecerían 176.000 transacciones frente a las 502.000 que se contabilizaron el pasado año cuando la actividad cayó también un 3,2%. En el actual ejercicio había limitado ya su retroceso al 1,3% hasta febrero, pero se precipitará después por el ‘efecto coronavirus’.

Su desplome estará directamente influido por el comportamiento de la economía y el confinamiento. El banco espera que el PIB se contraiga este año un 4,8% y la tasa de paro se dispare al 18,2% frente al 13,8% con que finalizaba el ejercicio 2019, desincentivando las compras de viviendas.

“En este entorno, las decisiones de compra de vivienda se postpondrán entre 6 y 12 meses, y parte de la demanda desaparecerá por más tiempo, produciendo un desequilibrio temporal entre oferta y demanda”, refieren sus analistas.

La caída que augura próxima al 6% en los precios este año sería la equivalente a absorber la sobrevaloración que estima que existe en el precio de la vivienda, si bien el desplome del suelo finalista podría alcanzar el 20%.

De cara a 2021 se muestran, sin embargo, más optimista y pronostica una estabilización en los precios de la mano de la recuperación económica. Su servicio de estudios prevé que el PIB subirá para entonces un 4% y el paro bajará al 16,9%, al tiempo que continuará siendo atractivo comprar para alquilar ya que la financiación seguirá en precios mínimos históricos con los tipos del BCE al 0%.

El banco espera que las viviendas terminadas superen aun así las 100.000 unidades en 2020 y 2021 desde las cerca de 75.000 contabilizadas el pasado año, de forma que se produciría un reequilibrio entre la demanda y la oferta.

La dificultad para cerrar transacciones inmobiliarias sin actividad notarial, registral o de tasadores cree que afectará de forma directa durante tres meses a las operaciones y augura también que se verán “muy reducidas” las que realizan ciudadanos extranjeros por las limitaciones a los movimientos internacionales.

Las compras por parte de ciudadanos foráneos cayeron un 3,8% el pasado año, ligeramente por encima del descenso del 3,2% experimentado en el conjunto de las transacciones, pero aún así realizaron 63.000 transacciones o el 12,55% del total de las contabilizadas.