Así lo defiende la catedrática de Sociología de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y Premio Nacional de Sociología y Ciencia Política 2019, Inés Alberdi, para quien, “siendo todos individuos iguales ante el virus, socialmente las posibilidades y oportunidades en el confinamiento no son las mismas”, según precisó este viernes la UCM a través de un comunicado.

Para la socióloga, las catástrofes “siempre ponen de manifiesto y acrecientan la desigualdad social”. “Y eso que esta catástrofe ataca a todos los estratos, con y sin dinero”, puntualizó, al tiempo que insistió en que las “diferencias en las formas de vida” durante el periodo de confinamiento “se acrecientan” entre personas migrantes, sin techo o aquellas que viven en hogares de pocos metros cuadrados frente a otras que lo hacen “en grandes mansiones”.

Por otro lado, a su juicio, si una pareja es “muy desigual” a la hora de ocuparse de los niños, “se va a reforzar esa desigualdad, al igual que lo va a hacer una mala relación o entre estudiantes con ordenador y acceso a Internet o no”. “No sería extraño que haya más casos de malos tratos, violencia o divorcios cuando esto acabe”, adelantó, en relación a este “experimento sociológico sin precedentes” que supone la pandemia.

“Esta situación nos va a enfrentar”, alertó, convencida de que la enfermedad “es igual, pero el confinamiento es distinto para unos que para otros”. “Son cuestiones que siempre han estado sobre la mesa pero que se van a reforzar ahora”, señaló, para, a continuación, agregar que estar aislados de amigos y familiares también “nos hace valorar más esa relación, porque ahora vemos que nos faltan y que son fundamentales”.

La socióloga destacó que el confinamiento está haciendo “revalorizar” aquellas “cosas básicas o que nos empiezan a parecer básicas ahora y que vamos dejando un poco de lado” y consideró “muy interesante” el rol de las nuevas tecnologías a este respecto, siempre usadas “con responsabilidad”.

Con todo y a pesar de que, a su entender, “van a cambiar muchas cosas de la organización social” una vez pase la pandemia, se mostró escéptica sobre la posibilidad de que también se produzca un cambio en la forma de “pensar y valorar esas cosas básicas”. “No estoy muy segura de que sea una enseñanza que se mantenga”, lamentó, para denunciar que, ante las catástrofes que ha habido a lo largo de la historia, la humanidad haya “vuelto a la alegría de vivir y al disfrute inmediato sin pensar qué es lo fundamental”.

Alberdi agradeció, en este punto, la labor de los profesionales que están en primera línea “trabajando y dando el do de pecho” y reivindicó aquellas profesiones “olvidadas y desvalorizadas” como la del cuidado de personas mayores, sabedora de que es ahora cuando “estamos siendo conscientes de lo vulnerable e importante que es su papel”.

Junto a ello, instó a poner en valor la función de los sociólogos, que, según la experta, también tienen “mucho que aportar en esta crisis y en la organización de conflictos".

“Este conflicto es nuevo y se ha tenido que improvisar”, advirtió, para agregar que la ciudadanía va a verse obligada a aprender a gestionar servicios públicos, sanidad, atención o recursos básicos para discernir sobre “cuáles son fundamentales y cuáles no”, por lo que, según ella, “muchas cuestiones nos van a hacer reflexionar”.