Según informó el Ejército de Tierra, las actividades, en general, “se reducirán”, y las que se tengan lugar al aire libre, en particular, serán “preferentemente de forma individual”. En caso de hacerse en grupo, “la entidad máxima será de pelotón, sin contacto físico y manteniendo una separación mínima de dos metros entre los integrantes”.

No obstante, el Ejército dejó claro que estas actividades se desarrollarán “en el interior de las bases, acuartelamientos y establecimiento, sin salir al exterior y evitando el perímetro o las zonas colindantes con otras urbanizadas o vías de comunicación públicas”.

Incidió en que los militares tienen la “obligación” de seguir las pautas establecidas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), por lo cual su plan incluye ejercicios de tipo cardiorespiratorio, neuromotor y de flexibilidad.

Esos ejercicios son de tipo global, pectoral, dorsal, core 1, core 2, de salto frontal, salto lateral, movilidad cadera, movilidad hombro, técnicas básicas y técnicas avanzadas.

El referido plan no obliga a usar pulsómetro, aunque recomienda su uso, ni hacer ningún otro cálculo, recomendándose entrenar por “sensaciones”.

El plan pretende que los militares “sean capaces de tener unas pautas básicas para poder construir un gran número de tareas sencillas, que permitan entrenar con el nivel de exigencia que se pretenda individualmente”.

El nivel “se lo pone uno mismo, se pueden elegir los grupos que se van a trabajar o los ejercicios que se realizan, siguiendo el programa establecido”. En ese sentido, cada uno decide el número de ejercicios a realizar y la duración de los mismos (cuatro o cinco minutos), articulados en ocho series –si se realizan durante cuatro minutos- o 10 series –si duran cinco minutos-.

También se advierte del copioso número de programas de entrenamiento que se ofrecen por Internet, dejando claro que éstos “no siempre son correctos y, a veces, se da información inexacta”.