Calviño encuadró el encuentro mantenido por teleconferencia con los agentes sociales y junto a otros ministros “en el marco constante del diálogo social” y para evaluar el “impacto” de las medidas de contención, así como establecer prioridades durante una comparecencia de prensa junto al ministro de Sanidad, Salvador Illa.

Una de las prioridades que refirió es “la necesidad de reorientar la actividad productiva del país hacia lo prioritario” haciendo mención expresa a la fabricación de mascarillas, medicinas, ventiladores y otros materiales y suministros sanitarios, así como de equipamiento de seguridad.

La vicepresidenta compartió que los agentes sociales valoran “positivamente” las respuestas que se han ido dando por parte del Gobierno “en el plano económico y social”, pero también se han identificado “una serie de cuestiones sobre las que tenemos que seguir trabajando juntos para eliminar las incertidumbres” y “proteger al conjunto de los ciudadanos”.

Junto a la reorientación de la producción mencionó también la organización de los turnos de trabajo para que se garantice el suministro y los empleados puedan trabajar “con un máximo de seguridad” y que haya coordinación con los ERTE para “asegurar que todas las medidas se orientan hacia el mantenimiento del empleo” y lleguen también a las pymes y autónomos “para evitar cierres y despidos” que puedan tener un impacto más estructural.

Se trata, dijo, de mitigar el impacto en puestos de trabajo y supervivencia de empresas para que la economía mantenga una buena base para que se reactive y recupere cuando pase la crisis sanitaria. “Es clave evitar el cierre de empresas y hay que minimizar las pérdidas de empleo para que no suponga un lastre en la recuperación económica”, insistió

Al ser cuestionada sobre la posibilidad de que se paralice por completo la actividad, Calviño defendió que se necesita que continúen determinados sectores operativos para garantizar los servicios básicos imprescindibles, como puede ser la alimentación o el abastecimiento sanitario de hospitales y eso implica también tener activos los transportes, además de las compañías de energía o telecomunicaciones, junto a todas aquellas actividades que puedan permanecer activas vía teletrabajo.

“Son medidas muy restrictivas, las más restrictivas de nuestro entorno”, reivindicó, indicando que prueba de que es así es que “están ralentizando significativamente la actividad económica de nuestro país” como lo atestiguan indicadores como el gasto de energía o utilización de los transportes.

“La prioridad -refirió- tiene que ser la protección de la salud de los trabajadores que siguen yendo a su centro de trabajo, pero que ello se debe hacer salvaguardando la actividad y el empleo”.

La vicepresidenta explicó que la acción del Gobierno “ha estado guiada en todo el momento por las consideraciones y las recomendaciones de las autoridades sanitarias”, detallando que el ministro de Sanidad ha estado coordinado de forma permanente con las autoridades europeas y con las comunidades autónomas. “Siguiendo esas recomendaciones adaptamos el estado de alarma con el catálogo de medidas de contención más fuerte de los países de nuestro entorno”, resumió.