En un estudio publicado este jueves, Fedea señala que financiar las pensiones con un incremento de impuestos tiene “inconvenientes” como es que se requiere una aportación “cuantiosa de recursos financieros” para igualar ingresos y gastos mantiendo al mismo tiempo las actuales tasas de sustitución.

Según Fedea, con un déficit público todavía en el entorno del 3% del PIB y una ratio de deuda pública sobre PIB rozando 100% del PIB, “no parece que exista (ni que vaya a existir en un futuro próximo) mucho margen para obtener tales recursos adicionales, máxime si con el envejecimiento también van a subir otros gastos asociados al mismo como la sanidad o la dependencia”.

Además, considera que una subida de impuestos a través del IVA o el IRPF “lo que estamos haciendo es romper el principio de contributividad”, en el que se recibe la pensión en función de lo que se cotiza.

Asimismo, Fedea cree que la sostenibilidad financiera del sistema de pensiones “no se restaura aumentando las cotizaciones sociales” y calcula que para recaudar seis y cuatro puntos de PIB por esta vía se requiere incrementar el tipo efectivo de cotización del 21% al 34,2% o al 30% respectivamente, lo que “sería un aumento en costes laborales realmente incompatible con el escenario de pleno empleo”.

Resalta que un incremento de la base mínima de cotización o supresión del tope de la base máxima “no tendrían muchos efectos sobre el saldo financiero del sistema en el medio plazo, dado que a mayores bases de cotización les corresponden prestaciones más elevadas”. Y si el “destope” de la base de cotización se acompaña de la “congelación” de la pensión máxima “se podría producir una cierta mejoría de las cuentas” pero a costa de reducir la contributividad del Sistema.

Fedea tampoco cree que la sostenibilidad financiera se soluciones “creando suficiente empleo” porque “tan solo serviría para compensar (aproximadamente) una quinta parte del aumento del gasto en pensiones asociado al envejecimiento demográfico en el escenario de baja inmigración” según el escenario para 2019 del Instituto Nacional de Estadística (INE), o compensar “cerca de una cuarta parte en el escenario con alta inmigración” contemplado por la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef).

La organización también señala que la sostenibilidad no se restaura aumentado los salarios porque la viabilidad financiera no depende de la participación de los salarios en el PIB, sino que depende de las cotizaciones, de la ratio entre número de pensiones a financiar y número de cotizantes y de la tasa de sustitución.

“La contribución del aumento de los salarios a la mejora de la situación financiera del sistema de pensiones solo se puede producir mediante una disminución de la tasa de sustitución”, según Fedea.

En su lugar, Fedea plantea adoptar un sistema de cuentas nocionales con una tasa de rentabilidad “sostenible”, lo que implicaría “pensiones menos generosas que el sistema actual”.

Los sistemas de reparto de cuentas nocionales registran todo lo que el trabajador cotiza a lo largo de su vida laboral en lo que se llama una “cuenta nocional individual” porque se trata realmente de un mero apunte contable. Resaltar que estos sistemas de pensiones son de reparto, es decir, todo lo cotizado se destina a pagar las pensiones en dicho momento.

Fedea valora que este sistema plantea ventajas de flexibilidad y transparencia y se aplicaría a los trabajadores menores de una determinada edad, permitiendo que los mayores continúen en el actual.

Asimismo, cree que se requieren una batería de medidas entre las cuales están alcanzar el pleno empleo, eliminar la precariedad laboral para aumentar las tasas de fecundidad, mejorar la educación y la inversión en I+D+i para aumentar la tasa de crecimiento de la productividad y aumentar los ingresos del sistema de pensiones, aunque estos objetivos no evitarán que la tasa de sustitución de las pensiones respecto al salario disminuya para adaptarla a la nueva longevidad.