Así lo reafirmó la ministra de Hacienda y portavoz del Ejecutivo, María Jesús Montero, en su intervención inicial en el Consejo de Ministros, en la que hizo una defensa de la mesa de diálogo que se reunió por primera vez la semana pasada, después de "las reacciones de este fin de semana”, en alusión a las críticas coincidentes del expresidente catalán Carles Puigdemont y de los partidos de la derecha.

Con ese escenario, dijo, “nos reafirmamos en la importancia de preservar el diálogo de cualquier intento de enturbiarlo o boicotearlo”. Así las cosas, denunció a quienes “por su incapacidad de diálogo llevaron a Cataluña a un callejón sin salida” y ahora “aspiran a que esta mesa descarrile”. “Prefieren la confrontación”, lamentó.

Por todo ello, remarcó que el Ejecutivo mantendrá un “diálogo franco y sincero” en esa mesa bilateral con el Ejecutivo catalán, en la que las partes quieren “escucharse” y buscar un “diagnóstico correcto” que permita “soluciones compartidas”. “Y ahí vamos a seguir, sin caer en provocaciones, con la cohesión territorial y la seguridad jurídica como anclas para seguir avanzando”, insistió Montero.