Documentos antiguos
La Biblioteca Nacional abre la centenaria sala donde custodia los libros y manuscritos más antiguos
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La sala donde se custodian los documentos más antiguos de la Biblioteca Nacional (BNE), la Cervantes, cumple el próximo viernes cien años de historia después de haber sido inaugurada por los reyes Alfonso XIII y Victoria Eugenia en 1920, momento que la institución aprovechará para abrirla al público con una visita guiada.
En ella se guardan los manuscritos e incunables, los primeros libros impresos en el siglo XV y que requieren una atención especial para su conservación. La sala fue fundada por iniciativa de Marcelino Menéndez y Pelayo y dedicada en sus orígenes exclusivamente a la obra de Miguel de Cervantes, de ahí su nombre.
Para conmemorar este aniversario, la Biblioteca Nacional realizará visitas guiadas a la sala el viernes 6 de marzo, cuando se enseñará al público una pequeña exposición de obras representativas de las colecciones que alberga. En su siglo de historia, la sala ha estado acompañada de una serie de cuadros que representan, principalmente, escenas del Quijote que el pintor Antonio Muñoz Degrain regaló al Estado.
Degrain tenía terminados ocho cuadros de asuntos del Quijote cuando se conoció la iniciativa de Menéndez y Pelayo. Entonces, pintó 12 cuadros más sobre motivos de la obra cumbre de Cervantes. Estos 20 cuadros son los que figuran en la sala Cervantes.
Esta estancia es prácticamente la más delicada de la biblioteca. Los investigadores que necesitan consultar los materiales originales deben seguir las normas de manipulación de fondos establecidas y atender las indicaciones del personal de la sala sobre su colocación para evitar cualquier posible deterioro.
Para ello, se proporcionan atriles que impiden la apertura forzada de las encuadernaciones y pesos de plomo envueltos en algodón que, colocados sobre los márgenes de las páginas, permiten leer cómodamente y tomar notas de los manuscritos e incunables. Al igual que en otras bibliotecas, en esta sala sólo está permitido el uso del lápiz.
Algunos manuscritos, incunables o impresos antiguos por sus características especiales o estado de conservación no pueden ser consultados en su soporte original y, en esos casos, se ofrecen reproducciones, ya sean digitales a través de la Biblioteca Digital Hispánica, en ediciones facsimilares o en “microforma”.
(SERVIMEDIA)
02 Mar 2020
GIC/mjg