Así lo dijo Robles durante su comparecencia en la Comisión de Defensa del Congreso de los Diputados en la que presentó las líneas maestras de su departamento para los próximos cuatro años.

Lo hizo después de que el Ministerio de Defensa declarase desierto el contrato para la fabricación de 345 blindados, para el que aprobó un techo de gasto de 2.083,2 millones de euros, después haber considerado “no admisible” la oferta presentada por Santa Bárbara por razones técnicas, operativas y económicas.

La ministra consideró este contrato una “prioridad” para Defensa y para las Fuerzas Armadas, puesto que el Ejército de Tierra “no puede prescindir de él”. “Va a salir sí o sí. Que nadie tenga la más mínima duda”, proclamó.

Robles reconoció que se han producido “pequeños contratiempos” derivados del “incumplimiento del pliego de condiciones”.

No obstante, adelantó que existe una oferta de Santa Bárbara, SAPA e Indra, que Defensa está en condiciones de aceptar.

A pesar de ello, dejó claro que, si esa oferta no se materializara, el proyecto se ejecutará por la importancia que tiene para la industria y la creación de puestos de trabajo. “El programa es irrenunciable, no se retrasará más allá de lo estrictamente necesario”, remachó.