Esto quiere decir que la industria cultural representa el 3,6% de la población ocupada. Además, la proporción de jóvenes en empleo cultural se sitúa por encima de lo observado en el conjunto del empleo. Además, el empleo cultural no ha parado de crecer desde el año 2012.

Los trabajadores de la cultura se caracterizan por tener una formación académica superior a la media, presentando tasas más elevadas de educación superior a las observadas en el conjunto nacional. De hecho, el 69,1% tiene estudios universitarios o equivalentes, frente a 43,8% del total de sectores.

Sin embargo, sólo el 68,8% de los empleados en la industria cultural son asalariados, cifra inferior a la observada en el total, que se sitúa en el 84,3%. También presenta tasas de empleo a tiempo completo del 87,1% y la temporalidad afecta al 12,9% de las profesiones creativas o culturales.

Sin embargo, sólo el 51% de los trabajadores de este sector tienen contrato indefinido, cuando en el total del empleo en España se sitúan por encima del 60%.

De los datos conocidos hoy también se desprenden diferencias significativas por sexo. Los hombres ocupan el 60% de los puestos de trabajo, cuando en el conjunto del empleo representan el 54,3%, por lo que el sector cultural se encuentra más masculinizado que la media.