Juicio en la Audiencia
Pineda duda de la independencia de la Fiscalía y asegura que el BBVA tiene “capacidad de seducción” con el ministerio público
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El expresidente de Ausbanc Luis Pineda puso en duda este jueves la independencia de la Fiscalía durante su declaración en el juicio por extorsión que se celebra en su contra en el Audiencia Nacional. Llegó a afirmar que el BBVA “tiene capacidad de seducción” con el ministerio público.
Esta afirmación la hizo después de responder a varias preguntas del fiscal José Perals sobre la denuncia presentada por su asociación con motivo del extravío por parte del banco de datos de sus clientes coincidiendo con el proceso de reestructuración de la entidad. El representante del ministerio público le recordó que la causa fue sobreseída a lo que Pineda repuso: “El BBVA tiene capacidad de seducción con la Fiscalía”.
Pineda mantuvo una actitud teatral, casi histriónica a lo largo del interrogatorio. Sus frecuentes interrupciones al fiscal merecieron la reprobación de la presidenta del tribunal Ángela Murillo, en varias ocasiones. Una de esas veces le advirtió que no debía ser él quien condujera el interrogatorio de fiscal.
A veces nervioso, a veces con un talante distendido rozando la jovialidad respondió al ministerio público, el primero en someterle a interrogatorio. Cuando llevaba cerca de seis horas de declaración, Murillo le ha advertido que si se sentía cansado o necesitaba una pausa no tenía más de avisar al tribunal. “Yo aguanto, señoría, como mi compañero”, dijo en referencia al fiscal.
Junto a Pineda se sientan en el banquillo otras ocho personas, seis de ellas eran trabajadoras de Ausbanc. Sobre su procesamiento aseguró que “el responsable último de todo lo que pasa soy yo, a estas personas se les ha destrozado la vida y soy yo el responsable".
Pineda explicó varias de sus intervenciones en las juntas de accionistas del BBVA celebradas entre los años 2009 y 2013. Concretamente en la de 2013, cuando sus relaciones con la cúpula de la entidad ya estaban muy deterioradas, explicó que cuando entraba en la sala donde se celebró su teléfono dejaba de funcionar, “se me desactivaba sólo a mí”, y cuando tomó la palabra se vio rodeado de tres personas y una de ellas “me exhibía una pistola”.
En el inicio de su declaración se presentó como un Robin Hood moderno. Defendió que muchas de las ideas que puso en práctica fueron copiadas por otros después y aseguró que su equipo estaba formado por un puñado de “personas ordinarias que hicimos cosas extraordinarias y bellísimas”.
(SERVIMEDIA)
06 Feb 2020
SGR/pai