Así se recoge en el acuerdo hecho público esta tarde por el PSOE y ERC, en el que se recalca que “nos encontramos ante la oportunidad de desbloquear y encauzar el conflicto político sobre el futuro de Cataluña y establecer las bases para su resolución”. De esta forma, ERC se abstendrá ante la investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno, al estimar ambas partes que “hay voluntad de diálogo para alcanzar un acuerdo que nos permita superar la situación actual”.

Al reconocer “esta oportunidad” y teniendo en cuenta “la voluntad y firmeza política expresada por ambas partes”, ambos partidos convienen que se puede “explorar y abordar la apertura de una nueva etapa basada en el diálogo efectivo, abierto y sincero y apostar por el reconocimiento y entendimiento institucional”.

En base a ello, en el acuerdo se habla de crear, en un plazo de 15 días, “una Mesa de diálogo, negociación y acuerdo entre gobiernos, que partirá del reconocimiento y legitimidad de todas las partes y propuestas y que actuará sin más límites que el respeto a los instrumentos y a los principios que rigen el ordenamiento jurídico democrático”.

Esta Mesa, según especifica el pacto, será un “instrumento político” para “la resolución del conflicto político”, término que aparece hasta en seis ocasiones en el texto difundido. Ambas formaciones acordaron que en este órgano participarán delegaciones del Gobierno de España y del Govern “de forma paritaria” y con los integrantes que ambas partes decidan.

El diálogo será “abierto” sobre “todas las propuestas presentadas” y “todas las partes aportarán con libertad de contenidos sus propuestas detalladas sobre el futuro de Cataluña”. En este sentido, “se valorarán, debatirán y argumentarán las posiciones al respecto de cada propuesta”.

Igualmente, PSOE y ERC se comprometen a que el calendario sea “transparente” y a que la Mesa inicie sus trabajos en el plazo de 15 días desde la formación del Gobierno de España. Así, se establecerán “plazos concretos para sus reuniones y para presentar sus conclusiones”.

Ambos partidos también se han prometido que la Mesa establecerá “mecanismos para garantizar el inicio y mantenimiento de su actividad y el cumplimiento de los acuerdos”, lo que supone un reconocimiento a la bilateralidad fuera de los cauces institucionales existentes con otros territorios.

A este respecto, se señala que “en este espacio deberán buscarse acuerdos que cuenten con un apoyo amplio de la sociedad catalana” y, por ende, “ambas partes se comprometen a impulsar la efectividad de los acuerdos que se adopten a través de los procedimientos oportunos”.

En concreto, se aclara que “las medidas en que se materialicen los acuerdos serán sometidas en su caso a validación democrática a través de consulta a la ciudadanía de Cataluña de acuerdo con los mecanismos previstos o que puedan preverse en el marco del sistema jurídico-político”.

Además, se indica que esta Mesa se coordinará con otros espacios de diálogo institucionales y parlamentarios ya existentes, que deberán “potenciarse”. Entre otros, mencionan la Comisión Bilateral Generalitat-Estado recogida en el Estatuto de Autonomía de Cataluña y la Taula de Partits existente en el Parlament.

En base al acuerdo rubricado por ambas partes y que el Consell Nacional de ERC apoyó por amplia mayoría, se ha admitido la existencia de “un conflicto de naturaleza política en relación al futuro político de Cataluña”. “Como cualquier conflicto de esta naturaleza, sólo puede resolverse a través de cauces democráticos, mediante el diálogo, la negociación y el acuerdo, superando la judicialización del mismo”, remarcan.