Aznar comió con 500 dirigentes populares en un hotel de la Ciudad Condal, entre los que se encontraban el cabeza de lista por Barcelona y portavoz del Gobierno, Josep Piqué, el presidente del PP catalán, Alberto Fernánde Díaz, y los carteles electorales de las cuatro provincias.

En una intervervención a puerta cerrada, Aznar contrapuso la coherencia del PP al "lío confuso" de la izquerda; la España plural basada en la estabilidad constitucional, a la propuesta federal socialista; y la creación de empleo registrada bajo su gestión a la destrucción de puestos de trabajo de la etapa socialista.

El candidato a la reelección recordó a los asistentes que la contienda electoral no está ganada y pidió que se trabaje "con humildad, con la mano tendida y siempre abierta al diálogo" para poner a salvo las políticas de "saneamiento" que se han llevado a cabo en los últimos cuatro años.

Hemos hecho la mitad del camino, pero tenemos que hacer aún la otra mitad", dijo a los asistentes a los que anunció la segunda reforma fiscal para rebajar la presión impositiva a los contribuyentes y estimular la creación de empleo.

Por su parte, Piqué dijo a los asistentes que el PP puede transmitir ahora un mesaje de "esperanza y confianza en sí mismo" frente al "desánimo y la resignación" del PSOE.

A su juicio, el camino "está bien trazado" y lo correcto es insistir en él contraponiendo siempr el discurso "claro, plural y el mismo para toda España" de los populares con el proyecto "confuso y difuso" que se deriva de la suma de 6 proyectos distintos que representa el PSOE.

Además, Piqué destacó la capacidad de liderazgo demostrada por Aznar frente a la imcapacidad demostrada en este terrenho por el candidato socialista, Joaquín Almunia.

José María Aznar concluirá su jornada en Barcelona con una visita al histórico Real Club de Tenis de Barcelona, donde se le impondrá la medalla de orojugará un partido de paddel-tenis con algunas de las figuras más importantes de la raqueta en España.