"Coger ese papel, tirarlo al suelo y pisotearlo es tanto como pisotear la voluntad de los 5 millones de españoles que se van a ver beneficiados" por esa medida, dijo Aznar en un acto electoral celebrado en Cáceres.

Criticó el "mal estilo" demostrado po el candidato socialista que, a su juicio, se ha dejado vencer "por la ira y el despecho" dejando al decubiero su "impotencia" ante una iniciativa que beneficia "a los más desfavorecidos".

Ese estilo político "no es un buen presagio" y denota que el PSOE sólo rechaza la iniciativa porque "se nos ha ocurrido a nosotros, aunque ellos tuvieros 14 años para devolver rápidamente el IRPF y no lo hicieron".

"España no necesita la arrogancia ni la prepotencia de quien tira y derrocha los beneficios de lo epañoles por el suelo", aseguró el candidato a la reelección.

En un Pabellón Municipal a reventar, Aznar habló a un público entregado de la segunda reforma fiscal que proyecta para sus próximo cuatro años de mandato. Detalló nuevamente las propuestas que hizo esta mañana en materia fiscal y espetó a los socialistas que "se tienen que callar" porque el PP ha demostrado que se pueden bajar los impuestos y garantizar el crecimiento y la creación de empleo.

Frente a los "17 partidos y 17 programas" on que concurre el PSOE a las elecciones marzo, Aznar ofreció "un solo candidato, un programa en toda España y un partido que puede decir lo mismo en todas partes".

Insistió en la necesidad de mantener la estabilidad institucional y constitucional en la próxima legislatura y pidió "por favor" que nadie pare la máquina que es España con políticas trasnochadas que conducen "al fracaso, al paro y la corrupción", en clara referencia al PSOE.

Como en otros actos de campaña, Aznar contrapuso el "progreo real" que ofrece el PP al "progreso de boquilla" del PSOE y aseguró que a estas alturas de la campaña electoral el debate está centrado en las propuestas que están haciendo los populares, a la vista de que su principal oponente no tiene ninguna alternativa que ofrecer.

Aznar abandonó el pabellón deportivo rodeado de militantes y simpatizantes que se acercaban a saludarlo, uno de ellos le tendió una bota de vino, que el presidente aceptó con desparpajo para echar un trago de vino.