"Es bueno que Cataluña y toda España miremos en la misma dirección, que nos entendamos y que trabajemos juntos. Yo quiero que Cataluña y España se miren, se etiendan y se quieran", dijo Almunia ante más de 20.000 personas que apenas dejaron un hueco en el Palau Sant Jordi de Barcelona.

Los socialistas conviertieron este mitin, uno de los centrales de la campaña electoral, en una fiesta en la que Almunia era continuamente interrumpido por los coros del público y en la que optó por lanzar un mensaje claro de proyecto global del Estado, solidario e integrador de la diversidad, sustentado en el desarrollo federal del Estado de las autonomías.

ACABAR CON LOS ECELOS

"Hay que acabar de una vez por todas con los recelos, los agravios, los malos entendidos entre Cataluña y el resto de España. La derecha nunca ha sido capaz de unir a Cataluña y a España mirando al futuro", sentenció.

Almunia se comprometió a construir desde su Gobierno una España "de todos, de todas las nacionalidades, de todas las lenguas, de toda la gente, de todos los sectores sociales, que mire sin envidia, sin rencores, sin egoísmos, sin stock options, que reparta la riqueza para tods".

Para llevarlo a la práctica, el candidato socialista defendió el federalismo y advirtió al PP que esta idea "no es algo distinto que llevar hasta sus últimas consecuencias la Constitución y los estatutos de autonomía. Y eso es lo que vamos a hacer".

El candidato socialista recuperó en este mitin su compromiso de recomponer el consenso entre todos los demócratas, no sólo para luchar contra el terrorismo, sino para permitir tambiéen que todos los territorios "se sientan cómodos en España, desarollando su propia personalidad, su propia cultura y su propia lengua".

En una intervención ligera de críticas al Gobierno del PP, Almunia sólo utilizó el tono de reproche para advertir a los electores de que un voto a Piqué o a Trías "es lo mismo: un voto para que Aznar siga en La Moncloa, y no podemos permitirlo".

Tras recordar las experiencias de las elecciones generales de 1996 y de las catalanas del año pasado, cuando los progresistas no lograron traducir en escaños su mayoría en votos, Almuna concluyó que "a la tercer va la vencida", y pidió para ello el apoyo para el PSC y para la "Entesa catalana i de progres" que congrega las candidaturas al Senado de los socialistas, de Iniciativa per Catalunya y de Esquerra Republicana.

MINISTROS CATALANES

Almunia, que se dejó llevar por el tono festivo del mitin y por el entusiasmo contagiado por las juventudes del PSC, se estrenó en la tribuna en catalán. "Guanyarem!", les dijo, ante la atenta mirada de Pasqual Maragall, del alcalde de Barcelona Joan Clos; del primer secretario del PSC y candidato al Congreso por la Ciudad Condal, Narcís Serra; y del segundo en esta lista y antecesor de Almunia en la candidatura a La Moncloa, Josep Borrell.

El líder socialista se refirió expresamente a su antecesor cuando recordó la labor en anteriores gabinetes de destacados líderes del PSC, como Serra, Solé Tura o "Pepe" Borrell. "Quiero gente como ésa en el Gobierno", aseguró. Ambos compartieron minutos después el escenario en la tradicional foto de famila posterior al mitin.

El candidato contó en este acto con el respaldo de los socialistas franceses e italianos, que subrayaron a través de sendos representantes su deseo de que España acompañe a la mayoría socialista de Europa. También llegaron mensajes de apoyo de los presidentes de Chile, Ricardo Lagos; Alemania, Gerhard Schroeder; Argentina, Fernando de la Rua; y Portugal, Antonio Guterres.

El mitin-fiesta organizado por el PSC contó también con la actuación sobre el escenario del cantante "Mocho", cuyos boleros fueron bailados incluso por Maragall y por la mujer de Almunia, Mila, y del rockero "Loquillo". "Si alguien quiere saber por qué estamos aquí esta noche, la respuesta es muy sencilla", dijo, "la sangre roja y el corazón a la izquierda". A través de una pantalla de vídeo, el actor Antonio Banderas argumentó su petición expresa del voto a favor del PSOE.