"Yo creo que el PSOE asumió las responsabilidades políticas hace tiempo, incluso mucho antes de una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía. Hace años que se asumieron esas responsabilidades políticas por parte de los líderes a los que usted hacía referencia. Y no hay más que añadir”, dijo en una rueda de prensa en Londres tras asistir a la cumbre de la OTAN.

Estas fueron las primeras, y por ahora únicas, palabras de Sánchez semanas después de que el 19 de noviembre se hiciera pública la primera sentencia del denominado ‘caso ERE’ que condena al expresidente andaluz José Antonio Griñán a seis años de prisión y 15 años de inhabilitación y que dictamina nueve años de inhabilitación para el otro expresidente socialista juzgado en este caso, Manuel Chaves.

El líder del PSOE evitó siquiera pronunciar los nombres de los expresidentes socialistas condenados y se aferró a que en la pregunta se le cuestionó si creía que debía el partido pedir perdón o bien, como señaló Manuel Chaves, los socialistas no tienen de qué arrepentirse.

Estas declaraciones en rueda de prensa tras la Reunión de Líderes de la OTAN con motivo del 70 aniversario de la Alianza que se está celebrando en Londres son la primera manifestación pública sobre este fallo que afecta a tres exministros, dos expresidentes y un exvicepresidente socialistas.

Conocida la sentencia, el PSOE reaccionó en Ferraz a través de su secretario de Organización, José Luis Ábalos, quien remarcó que Sánchez en el momento de los hechos era un “joven” concejal de la oposición en el Ayuntamiento de Madrid y que como secretario general del PSOE aplicó el código ético del partido que llevó a la renuncia de militancia de los hoy condenados.

RENUNCIAS

Con Sánchez como secretario general del PSOE, en su primera etapa, Chaves, Griñán y todos los implicados en este caso que tenían algún cargo público fueron invitados a renunciar a sus puestos.

Así, en junio de 2015 presentaron sus respectivas renuncias en Congreso y Senado tras conocerse que el Tribunal Supremo mantenía la imputación de los expresidentes de la Junta de Andalucía y de los exconsejeros Gaspar Zarrías y José Antonio Viera que todavía están en activo.

Sánchez, que estaba en ese momento como candidato a la Presidencia del Gobierno para las elecciones del 21-D además de como líder del PSOE, instó al cumplimiento del código ético y todos los investigados, hoy condenados, tuvieron que renunciar incluso a su condición de militante del PSOE. Desde entonces dejó de trasladarles un apoyo explícito e incluso de mencionarlos directamente por su nombre.