El reglamento del Acuerdo de París, que es el primer tratado universal de lucha contra el cambio climático, quedó casi listo en la Cumbre del Clima celebrada el año pasado en Katowice (Polonia) a falta de que se desarrolle el artículo 6, relativo a los mercados de carbono, esto es, que se ponga en marcha un mecanismo global homogéneo de intercambio de cuotas de emisiones de gases de efecto invernadero entre los países.

Ribera comentó en un encuentro con periodistas en la sede de su departamento, en Madrid, que en la Cumbre del Clima de Madrid “no toca anunciar compromisos cuantitativos nuevos” porque el apartado regulatorio está “prácticamente” concluido a falta de desarrollar el artículo 6 del Acuerdo de París.

Sin embargo, comentó que ello “no puede ser excusa” para no sentar las bases de que los países revisen al alza sus planes climáticos en 2020, año en que entrará en vigor el Acuerdo de París. “Lo que tenemos encima de la mesa no es suficiente y es autoengañarnos mirar para otro lado”, dijo.

Ribera deseó que lo relativo a los mercados de carbono se cierre en Madrid, aunque dejó la puerta abierta que se haga en la Cumbre del Clima que se celebrará el año próximo en Glasgow (Reino Unido). “Es mejor completar bien que completar de mala manera. Por tanto, si no podemos completar bien es mejor sentar las bases sólidas para que acaben siendo completadas después. Depende de todos”, recalcó.

A este respecto, consideró “una buena noticia cerrar este asunto y contar con un mecanismo que garantice mercados globales de carbono” con precios de intercambio de emisiones en todo el planeta. Con ello, agregó, “en todos los países se mide lo mismo, se establece algo estable, predecible y que facilita la reducción global de emisiones”.

Además, indicó que un acuerdo sobre este asunto supondría preservar la “integridad ambiental” del sistema de emisiones, es decir, que todos los países tengan una misma manera de medir y no haya una “doble contabilidad”, lo que supondría que el sistema europeo, establecido desde hace 15 años, pueda desplomarse.

“Hay una lectura compartida por parte de todos de expectativa positiva, de deseo de que esto salga adelante, pero no quiero ocultar que, evidentemente, es un tema sensible en el que hay que prestar atención a todos los elementos en juego”, apostilló.

"MENSAJE POLÍTICO"

Otro aspecto que podría determinar el éxito o el fracaso de la COP25, según Ribera, es “el mensaje político” que se lanzará en Madrid, esto es, “quién viene a decir qué y por qué entienden que el multilateralismo hoy implica reconocer la obligación de revisar al alza el Acuerdo de París”.

Y el tercer asunto se refiere a la gobernanza, esto es, mejorar los mecanismos de interacción entre los gobiernos y otros actores implicados en la lucha contra el cambio climático, como las empresas, la sociedad civil o los científicos. En este aspecto, confió en que en Madrid se den “pasos”.

Por otra parte, Ribera apeló al “activismo” de los gobiernos para que el sistema de multilateralismo que suele impregnar las Cumbres del Clima, donde las decisiones se toman por consenso, se refuerce en Madrid y no se ponga en riesgo pese a que Estados Unidos ha iniciado el proceso de salida del Acuerdo de París por orden de su presidente, Donald Trump.

Consideró “especialmente significativo” el eslogan escogido por la Presidencia chilena de la COP25 (‘tiempo para actuar’) porque en Madrid se iniciará una etapa en la que los países deben pasar de acordar cómo reducir las emisiones a poner en marcha medidas para hacerlo.