Así lo aseguró en la rueda de prensa final de la Asamblea Plenaria que ha congregado esta semana en Madrid a los obispos españoles, una reunión en la que, entre otras cuestiones, han abordado la reforma de la estructura del episcopado, el presupuesto de 2020, la eutanasia y los abusos a menores en el seno de la Iglesia.

Precisamente, los prelados han estudiado estos días el documento ‘Acoger proteger y acompañar en la etapa final de la vida’ que se basa en la “afirmación de la dignidad de toda vida, marcada por el mismo hecho de ser humano”. “La dignidad de la vida es radical, y donde se abre esta puerta es un plano inclinado, donde al principio hay casos dramáticos, y luego el plano va abriéndose y supone una presión para el enfermo, para la familia y para los propios médicos”, añadió Argüello, en referencia a que en los códigos deontológicos de los colegios médicos “sigue vigente una oposición” a la eutanasia.

Por ello, la CEE defiende “la santidad de la vida en ese momento de fragilidad, de línea roja, que supone afirmar la santidad de la vida para otras cosas”, agregó el portavoz ampliando ese valor al ámbito de las personas migrantes y las que sufren hambre.

“No hay enfermos que no merezcan tener un cuidado. No hay enfermos incuidables, aunque serán incurables”, destacó, por lo que su propuesta es “de cuidados paliativos, de responder a la realidad dramática del sufrimiento y del final de la vida con una respuesta de amor”.

Pero, puntualizó: “No confundir la compasión con la aniquilación de la vida” ni caer en el ensañamiento terapéutico, que “tiene la misma filosofía de la eutanasia, “considerarnos dueños de la vida”, para acabarla según la decisión de un tercero.

FISCALIDAD

Además de la legislación de la eutanasia, la nueva legislatura puede poner de actualidad otras cuestiones que afectarían a la Iglesia, como es el régimen fiscal.

El vicesecretario de Asuntos Económicos de la CEE, Fernando Giménez Barriocanal, recordó en este punto que “la Iglesia mantiene el mismo régimen que el resto del sector no lucrativo y confesiones religiosas”, lo que “permite a todas estas instituciones obtener una financiación indirecta para poder acometer su labor”.

“Si el nuevo gobierno lo quisiera modificar, si hay algo que dialogar, lo dialogaremos. Tiene que quedar claro que la Iglesia no es una empresa: con los recursos tiene que hacer bien, si tiene más tendrá más oportunidades. Si no los tiene, tendrá que hacer lo que pueda”, zanjó.

Así, en la perspectiva de la creación del nuevo gobierno, los obispos recalcaron que lo valorarán “por sus hechos”, a pesar de que los programas electorales recogen “estas cuestiones preocupantes” que, junto a otras propias de la sociedad actual, indicó Argüello, crean un momento de “insomnio” y “enfrentamiento”.

Por ello, el también obispo auxiliar de Valladolid remarcó que los prelados desean “lo contrario”, “una cultura del entendimiento” y un diálogo “con el ejercicio de la racionalidad, no solo el sentimiento”.

El secretario general de la CEE volvió a insistir en contar con el “marco común de referencia” que supone la Constitución, pero que desde la política “se lea de manera entera y completa”.

EDUCACIÓN

En lo referente a la polémica suscitada en los últimos días por la ministra de Educación y Formación Profesional en funciones, Isabel Celaá, que aseguró que la Carta Magna no recoge el derecho de los padres a elegir centro y educación religiosa para sus hijos, el portavoz de los obispos argumentó que el derecho a la educación es uno de los especialmente protegidos en el texto constitucional español y también en acuerdos internacionales como la Declaración de los Derechos Humanos, carta que en su punto 26 remarcaría que los padres tienen derecho “preferente a elegir el tipo de educación” de sus hijos.

Así, comparó que, en cuanto a protección en la propia Constitución, “no es lo mismo el derecho a la vivienda, siendo tan importante”, que el derecho a la educación y la libertad de enseñanza. “Tienen protecciones distintas” por su ubicación en el texto constitucional.

Finalmente, apuntó que los obispos quieren “que siga siendo posible la concordia” y recordó que la Iglesia ha mantenido el diálogo que “ha hecho posible el acuerdo” con los gobiernos socialistas, en cuestiones como los conciertos educativos y la asignación tributaria.

En el arco parlamentario, dependiendo de los temas que se aborden, muchos de ellos presentes en la doctrina social de la Iglesia, “habrá más cercanía a un lado del arco parlamentario o al otro”, según se trate de educación, estado del bienestar, convivencia o migración, puso de ejemplo.