El Banco de España constata que la contratación temporal inhibe el gasto en favor del ahorro
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El Banco de España constata que la incertidumbre que provocó en los trabajadores temporales no saber si continuarían en sus puestos o su contrato se convertirá en indefinido inhibió el gasto durante la crisis en favor de un ahorro precautorio.
Así lo concluye en un artículo incluido en su Boletín Informativo divulgado este lunes donde analiza el comportamiento del consumo y la predisposición a acumular hucha de los hogares entre los años 2007 y 2016.
La tasa de ahorro de las familias se disparó con la crisis desde el 5,6% de 2007 a un 11,3% récord en 2009 y, tras un par de años de estabilidad, en 2011 volvió a descender hasta el 5,9% contabilizado en 2018.
Según el organismo, “la existencia de un motivo de precaución, ligado a la incertidumbre sobre el empleo, puede explicar una parte significativa tanto del aumento del ahorro de los hogares españoles durante la crisis (2007-2013) como de su posterior reducción”.
La razón que apunta es que históricamente los ajustes del empleo con una recesión en España “se concentran principalmente entre los trabajadores con empleo temporal”. Así la temporalidad anima, si aparece el ahorro preventivo, a acopiar riqueza financiera “con la que atender posibles caídas de renta”.
A tal efecto refiere que cuando el contrato temporal llega a su término el ahorro “disminuye hasta un 8% dos trimestres antes de su conversión” a fijo y “se incrementa un 23% entre ese momento y el trimestre en el que el contrato se convierte en indefinido”.
El estudio revela que el comportamiento se agravó cuando el cabeza de familia o la pareja tenían contratos temporales, o cuando residían en regiones con alto desempleo o en actividades más expuestas a los despidos.
“Esta mayor riqueza financiera, derivada de una contención del gasto en periodos de incertidumbre, representaba en torno al 40% de sus retas laborales anuales”, apunta.
El análisis identifica también patrones de gasto según el perfil educativo de la población, la tenencia o no de vivienda en propiedad y con hipotecas e, incluso, por rango de edad.
SE REDUJO MAS EL GASTO QUE LOS INGRESOS
Una de las primeras conclusiones es que todos reaccionaron conteniendo el gasto con la crisis, con un ajuste en sus gastos incluso superior a la reducción real experimentada en los ingresos, y cuando llegó la recuperación también animaron el consumo a tasas superiores al aumento experimento en las rentas.
“Entre 2007 y 2013, todos los grupos de hogares, independientemente de su nivel educativo, redujeron su gasto medio en torno a 30 puntos porcentuales, una caída que excede en valor absoluto a la de 20 puntos porcentuales de la renta media”, apunta el informe.
Posteriormente, con la reactivación económica a partir de 2013, aumentaron su gasto “por encima del 5%, mientras que la renta aumentó menos de un 4%”.
Conforme al estudio, las mayores contribuciones al ahorro durante los momentos desfavorables de la economía procedieron de hogares con estudios universitarios por sus mayores ingresos, y aquellos con menor nivel educativo afectaron relativamente más a la caída del ahorro con la recuperación.
Cuando el estudio se efectúa según la tenencia o no de vivienda, observa que tanto la caída del gasto como su recuperación posterior es “especialmente intensa entre los hogares propietarios de su vivienda con deudas pendientes”, que ajustaron su consumo en otros bienes.
En concreto advierte que estas familias aumentaron un 19,3% la proporción de renta destinada al ahorro, frente al 5,2% que lo hicieron los propietarios sin préstamos o el 14,5% de aquellos en régimen de alquiler.
Con la recuperación los dueños de viviendas con préstamos redujeron ese ahorro medido sobre renta para destinarlo al consumo en un 2,1%; por encima del 1,8% de los propietarios sin cargas y mientras que los alquilados continuaron ahorrando a tasas del 1,3%.
(SERVIMEDIA)
18 Nov 2019
ECR/gja