"Estamos empezando a preocuparnos por la gobernabilidad de España, ya que la formación del próximo Gobierno de España parece más difícil ahora que después de las elecciones de abril", indicó este lunes su director de análisis de Finanzas Públicas, Alvise Lennkh.

La agencia, que ha asignado una calificación ‘A-‘ con perspectiva ‘estable’ a España, alerta en concreto sobre la dificultad para abordar “sin gobierno” los “retos pendientes” del país y que sintetiza en encarar la elevada deuda, la “rigidez” del mercado laboral, la “baja productividad” y la “perenne” cuestión de la autonomía o independencia catalana.

La firma solo ve dos opciones posibles para conformar una “mayoría estable” dada la alta fragmentación que han arrojado las urnas: un pacto PSOE-PP, que sumaría 208 de los 350 escaños, aunque los líderes de ambos partidos han descartado la coalición; y una unión de la izquierda (PSOE, Unidas Podemos y Más País) con el apoyo “implícito” de los partidos separatistas, incluido ERC.

Sin embargo, en su estudio advierte también sobre las dificultades para negociar un acuerdo de la izquierda a tenor de la “desconfianza” existente entre los líderes del PSOE y Unidas Podemos, y dada la “postura reforzada” de ERC después de que haya revalidado mayoría en Cataluña tras la sentencia del ‘procés’.

Por otro lado, teme que el PP “endurezca” su postura política ante el auge de Vox, “incluso en el tema políticamente divisorio de la independencia catalana”, convirtiendo en más difícil un acuerdo entre los dos partidos más grandes.

"En ausencia de una asociación histórica entre los dos partidos tradicionales, incluida la forma de abordar los deseos de independencia de Cataluña, es probable que el estancamiento político y la parálisis política de España continúen", concluyó Lennkh.

La agencia cree que una posible vía para un gobierno minoritario que no dependa de los separatistas catalanes podría ofrecerla Ciudadanos, si se reorientase su liderazgo y “se mostrara más dispuesto a permitir una investidura liderada por Sánchez”.

No obstante, también ve reparos a esta solución intermedia, convencido de que un gobierno minoritario “probablemente sería débil y dependería del apoyo recurrente de otros partidos para cada proyecto de ley”.