Ciencia
El CSIC “lamenta profundamente” la pérdida de Margarita Salas y destaca su afán por “generar vocaciones científicas”
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El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) “lamenta profundamente” la pérdida de la investigadora Margarita Salas, fallecida este jueves en Madrid a la edad de 80 años y destacó su afán por “generar vocaciones científicas”.
Así lo expresó su presidenta, Rosa Menéndez, a través de un comunicado en el que se refirió a ella como “una de las mejores científicas” de este organismo y aseveró que la discípula del Nobel Severo Ochoa fue una “pionera” en el campo de la biología molecular y la biotecnología.
“Nos quedamos con el recuerdo de una mujer luchadora que va a permanecer en nuestra memoria y en el de la ciencia española”, señaló, al tiempo que destacó un “aspecto fundamental” de Salas que era el de “generar vocaciones científicas y estar en contacto con los jóvenes y los niños”.
Para Menéndez, su labor, es, “desde luego, inconmensurable en todos los aspectos” ya que, según el CSIC, "no concebía la vida sin investigación" y seguía trabajando en su laboratorio del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa.
El pasado mes de junio recibió en Viena el Premio Inventor Europeo concedido por la Oficina Europea de Patentes y marcas y entre sus “logros”, el organismo destacó el descubrimiento del ADN polimerasa del virus bacteriófago phi29, con una aplicación “crucial” en biotecnología, ya que permite amplificar el ADN de manera “sencilla, rápida y fiable”. Además, el CSIC recordó que se usa en medicina forense, oncología y arqueología -entre otras áreas- y ha sido, además, una de sus patentes más rentables porque entre 2003 y 2009 representó más de la mitad de los derechos de autor del organismo.
Salas se doctoró en bioquímica en 1963 por la Universidad Complutense de Madrid y posteriormente trabajó durante tres años con el Premio Nobel de bioquímica Severo Ochoa en la Universidad de Nueva York para, posteriormente, regresar a España y fundar el primer grupo de investigación en genética molecular del país en 1967, en el CSIC.
Allí descubrió que el virus phi29 tenía una enzima, la phi29 ADN polimerasa, que “ensamblaba” moléculas de ADN “mucho más rápido y con mucha más precisión”, apuntó el CSIC.
También explicó que Salas aisló la enzima y demostró que funcionaba en las células humanas, “marcando el comienzo de aplicaciones innovadoras para las pruebas de ADN” mediante una técnica que permite a los oncólogos ampliar pequeñas poblaciones de células que podrían dar lugar a tumores.
Tras precisar que Salas “siempre reivindicó el valor de la búsqueda de conocimiento” y fue, además, miembro de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos y miembro de la Real Academia Española, donde ocupó el sillón ‘i’, el CSIC desgranó los premios que la científica recibió a lo largo de su trayectoria, entre los que mencionó la Medalla Mendel, el Premio Rey Jaime I, el Premio Nacional Ramón y Cajal, el Premio L’Oreal Unesco y la Medalla Echegaray.
(SERVIMEDIA)
07 Nov 2019
MJR/gja