Este descenso, que llegó a alcanzar durante la sesión de hoy el 14,78%, se produce pese a que la compañía terminó el ejercicio con una cartera de pedidos récord, al mismo tiempo que la fuerte actividad comercial de sus tres unidades de negocio incrementó las ventas un 12% respecto al año fiscal previo.

En concreto, las ventas crecieron hasta 10.227 millones de euros, mientras que el beneficio neto se duplicó en comparación con el año fiscal 2018, situándose en 140 millones de euros.

Sin embargo, Siemens Gamesa ha recortado sus expectativas porque considera que los factores adversos que afectan a la industria eólica se mantendrán en el corto plazo, a pesar de las buenas perspectivas de futuro.

Como consecuencia, prevé que el próximo ejercicio será un año de transición, con unas ventas entre 10.200 y 10.600 millones de euros. En este contexto, ha anunciado un programa para ajustar su estructura con una reducción de hasta 600 empleados de oficinas en todo el mundo durante los próximos dos años.