Botín efectuó esta llamada durante la ‘Conferencia Internacional de Banca 2019’ que organiza el Santander donde reconoció el problema que supone la pérdida de confianza y pidió realismo y actuación decidida para restablecerla pensando en toda la sociedad y no solo en los inversores o accionistas.

“Seamos sinceros. Nosotros la perdimos. Y no fuimos los únicos”, admitió la banquera, recordando que el deterioro se produjo cuando en 2008 la crisis financiera “nos condujo a la gran recesión”, en medio de lo que eran ya grandes desafíos como el cambio climático, la revolución digital y la globalización

Según Botín, “los errores de unos pocos contaminaron la percepción de la opinión pública sobre todos”, incluyendo en dicho colectivo de afectados tanto a políticos, como empresarios o banqueros. “Personas que inspiraban confianza de repente lo dejaron de hacer”.

“Todos los sectores y las instituciones se vieron afectados y resultado de todo ello fue un ascenso del populismo. Aunque el populismo es el resultado de los desafíos globales a los que nos enfrentamos, no puede ser la respuesta”, manifestó.

A su juicio la confianza “es el factor crítico que determinará el futuro de nuestro sector, y también de nuestra sociedad y de la economía tal y como la conocemos hoy”, y su mantenimiento pasa por involucrarse en los desafíos que encara el mundo.

A título de ejemplo refirió un estudio elaborado por Accenture en el año 2018 y con el que estudió a más de 7.000 empresas durante dos años y medio para medir su ‘agilidad competitiva’, un indicador donde la confianza es clave. Más de la mitad sufrieron una “notable pérdida” de la confianza en el periodo provocando una caída de dos puntos en el indicador y que se tradujo en una disminución del 5,8% de sus ingresos.

Botín refirió que en banca una caída de dos puntos en dicho indicador supone un descenso del 21,8% en el crecimiento de los ingresos, lo que constata que “la confianza importa” ya que es la que “hace que los clientes contraten, que los inversores inviertan y que la sociedad nos acepte”.

En su restauración afirmó que no basta pensar en resultados e inversores y las empresas deben tener en cuenta los intereses y las expectativas de sus ‘stakeholders’: clientes, los empleados y las comunidades en las que operan.

Según la banquera, la confianza “genera fidelidad, y la fidelidad es clave para generar resultados financieros sólidos”. En este contexto la banquera consideró necesario que las empresas se impliquen en “abordar los grandes retos de nuestra sociedad”.

A su juicio, el “más urgente” es el cambio climático porque si no se remedia el problema “acabará teniendo un impacto devastador en nuestro planeta”. “La inacción traerá consecuencias catastróficas para las personas y las empresas a las que prestamos servicios”, indicó.

En este punto emplazó a analizar cómo ayudar desde la banca a que los clientes inviertan sus ahorros en empresas responsables o incentivar a los clientes a que compren productos respetuosos con el medio ambiente. El Santander captó entre los años 2015 y 2018 cerca de 50.000 millones de euros en financiación verde y proyecta movilizar 220.000 millones de euros antes de 2030.

La banquera concluyó que el mundo está cambiando y el rol de las empresas también, de tal forma que ya “no existe” capacidad de elección entre maximizar el valor del accionista o satisfacer las necesidades de todos los ‘stakeholders’. “La confianza no es opcional si queremos ser una empresa rentable. La confianza es lo que determina si tienes un negocio rentable”, resumió.