La sociedad atribuyó el descenso en la cuenta a la desaceleración de la economía europea y mundial, la caída de los precios de la fibra de celulosa y las jornadas de huelga en los primeros días del mes de julio, que también afectaron al negocio.

El importe neto de negocio se redujo, en concreto, un 0,28% y se situó 166,19 millones de euros, mientras que el resultado bruto de explotación (Ebitda) disminuyó un 1,46%, hasta los 29,33 millones.

En el negocio pasó factura, sobre todo, la caída en la venta de electricidad mientras que experimentó incrementos en las ventas asociadas al negocio del papel y madera.

A pesar de todos esos factores externos, la compañía considera que "ha defendido razonablemente bien sus resultados y su cifra de negocio apenas se ha visto afectada en comparación con el mismo periodo del ejercicio anterior".