Si bien el banquero reconoció que aún es pronto para saber el impacto de los disturbios que se han originado en las protestas por la sentencia del ‘procés’, advirtió que “para la economía no es buena noticia” durante la presentación de resultados de la entidad.

“Al Gobierno lo que siempre le pedimos es lo que nos exigimos a nosotros mismos: les pedimos siempre predictibilidad y generar un entorno de estabilidad y baja incertidumbre para que los agentes económicos puedan tomar decisiones en un entorno favorable”, resumió al ser cuestionado sobre las prioridades tras el 10-N.

En cuanto a la evolución económica y el potencial efecto sobre el negocio financiero, Álvarez admitió que cuando se produce un freno en el crecimiento tiene lugar una “paulatina desaceleración de la actividad en muchos frentes”.

En el momento actual refirió que algunos indicadores más vinculados a las órdenes de compra “se han venido ralentizando desde el principio de año” constatando que “poco a poco” hay “cierta ralentización”.

Sin embargo, aseguró no tener una visión distinta a los pronósticos del consenso del mercado y subrayó que pese a esa desaceleración, la actividad mantiene umbrales “que permiten la creación de empleo”.