Según la Confederación, una pieza clave de este plan es "la puesta en marcha de un teléfono de atención ante el riesgo suicida de tres cifras, de carácter público y gratuito, que cuente con profesionales especialistas en esta materia, y accesible las 24 horas del día".

Su presidente, Nel González Zapico, reiteró que “el suicidio se puede prevenir” e insistió en la necesidad de invertir “medidas eficaces y adecuadas”. Entre dichas medidas, González Zapico urgió “un teléfono de tres cifras, fácil de recordar, como ocurre con el 016 para la atención a las víctimas de violencia machista, que asegure la atención, el seguimiento, el control y la ayuda profesional que puedan necesitar tanto aquellas personas que piensan en quitarse la vida, como sus familiares. No solo en un momento crítico, sino de forma continuada y cuando lo requieran”, agregó.

A su juicio, este teléfono es una herramienta crucial en la constitución de un plan integral que “debería servir para sensibilizar y mejorar la información a la población general a través de campañas de concienciación promovidas por instituciones públicas, medios de comunicación y entidades sociales dedicadas a la causa y ayudar a detectar precozmente el riesgo suicida”.

Apuntó que las muertes por suicidio siguen siendo la primera causa no natural de fallecimiento en España y que duplican a las provocadas por los accidentes de tráfico. Con 3.679 muertes por esta causa en 2017, la cifra ha crecido en un 3,1% respecto al registro de 2016 y es la más elevada en los últimos doce años. Advirtió de que supone que una media de 10 personas al día se quita la vida en España.

Además, el suicidio es la tercera causa de muerte en el grupo de edad de entre los 15 a los 29 años, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística. Según los últimos datos disponibles, casi 300 niños y jóvenes menores de 30 años se quitaron la vida en 2017.

CAMBIAR DE PERSPECTIVA

González Zapico afirmó que "en general, y a pesar de lo que habitualmente se piensa, la conducta suicida se puede predecir, y por tanto también prevenir mediante intervenciones oportunas y eficaces basadas en datos científicos, tratamiento y apoyo”. Por eso, hay que "cambiar de perspectiva".

A su juicio, uno de los primeros pasos para detectar una conducta suicida y poder prevenirla es conocer y, sobre todo, desterrar del imaginario los mitos que la rodean", como que la gente se intenta suicidar para llamar la atención o que "quien realmente quiere hacerlo, no avisa". Lo cierto es que todo el que tiene pensado suicidarse envía alguna señal los diás previos. Por eso, hay que saber "cómo identificarlas para actuar".