Paloma Barreto, brasileña transexual acuchillada en Avilés y que se dedicaba a la prostitución, se ha convertido en la duodécima víctima mortal de la violencia contra las personas transexuales en España. Aunque no hay estadísticas oficiales, el Observatorio de Personas Trans Asesinadas contabilizó desde 2008 y hasta septiembre de 2018 un total de diez asesinatos en España.

A estos habría que sumar la muerte violenta de una mujer transexual en Castellón, cuyo cuerpo fue hallado el pasado mes de marzo, y el de la mujer de Avilés. Según las informaciones que se manejan, ambas se dedicaban a la prostitución. Y es que, en base al mencionado registro internacional, el 62% de las asesinadas a nivel mundial eran trabajadoras sexuales.

La última víctima mortal española registrada por Trans Respect, que elabora el único recuento internacional de asesinatos a transexuales, es Francisco Javier U.P., alias ‘la Ely’, que falleció en septiembre del año pasado por una brutal paliza que le propinó un menor de 15 años en Valladolid.

Tal y como se desprende de las estadísticas, España es, junto a Reino Unido, el segundo país de la Unión Europea con más asesinatos a transexuales, ya que suma diez registros en diez años. El primero es Italia, que cuenta 37 víctimas mortales ‘trans’ en el mismo período. No obstante, estas cifras no son oficiales y sólo computan las que aparecen en medios de comunicación.

Según el último informe de Trans Respect, un total de 369 personas transexuales habrían sido asesinadas entre el 1 de octubre de 2017 y el 30 de septiembre de 2018. La mayoría de los asesinatos se contabilizaron en Brasil (167), México (71), Estados Unidos (28) y Colombia (21), sumando un total de 2.982 homicidios reportados de personas trans y género-diversas en 72 países en todo el mundo entre el 1 de enero de 2008 y 30 de septiembre de 2018.

La organización Otras, autodenominado sindicato de trabajadoras sexuales, denunció en un comunicado tras el asesinato de la mujer transexual en Avilés que se trata de un caso de “violencia de género”, y afeó que para las estadísticas oficiales no compute como un asesinato machista porque “sólo cuentan cuando se realizan por parejas o exparejas”.