Según informó la Secretaría de Estado de la España Global, Francia es considerado un “vecino y aliado estratégico” para España en lo social, económico y cultural, además de ser “pieza clave” de la diplomacia y “motor” de la UE.

En el país galo, definido como “objetivo prioritario” para la “misión reputacional” de España Global, Lozano tiene previstas reuniones con representantes políticos, periodísticos, culturales y civiles durante las dos jornadas de su visita.

Esta visita se produce después de que a primeros de este mes de septiembre 52 diputados franceses de diferentes grupos parlamentarios criticasen en una tribuna en el dominical ‘Le Journal du Dimanche’ el “ataque a las libertades fundamentales y al ejercicio de la democracia” que, desde su punto de vista, padecen los políticos independentistas encarcelados.

Esa tribuna fue respondida por el ministro de Asuntos Exteriores, UE y Cooperación, Josep Borrell, quien acusó a los 52 diputados de tener una “ignorancia” sobre la realidad de España.

AGENDA DE LOZANO

En el plano político, Irene Lozano mantendrá mañana reuniones con los parlamentarios que forman parte del Grupo de Amistad Francia-España, con los miembros de la Comisión de Asuntos Exteriores del Senado y con la presidenta de la Comisión de Asuntos Exteriores de la Asamblea Nacional Mariella de Sanez. Un día después, el viernes, se entrevistará con la secretaria de Estado de Asuntos Europeos, Amélie de Montchalin.

La agenda de Lozano en París también contará con eventos sociales y culturales, como el almuerzo que ofrecerá mañana a hispanistas en la Embajada de España o la cena que dispensará a miembros de la comunidad española en París.

El viernes la secretaria de Estado de la España Global participará en un desayuno-coloquio con periodistas de 14 medios de comunicación franceses en el que desgranará los proyectos de España global en materia de reputación-país y sus planes para combatir la desinformación ante el auge de los nacionalismos.

Ese mismo día, Lozano encabezará la recepción oficial de la mesa en la que Manuel Azaña firmó su renuncia como presidente de la II República en el exilio, una pieza de gran valor histórico y simbólico que durante décadas ha custodiado Luc Franzoni, nieto de quien alquilara su vivienda a Azaña hace 80 años en la Alta Saboya.

El pasado mes de julio Franzoni, que será condecorado por el Estado español, decidió donar la mesa a España, siendo la propia Lozano la encargada de acudir al municipio de Collonges-sous-Salève a rubricar la donación.