A pesar de quedar en libertad, se imputa a los dos detenidos por delito de enaltecimiento del terrorismo y el magistrado de la Audiencia Nacional les ha impuesto la obligación de comparecer periódicamente ante los juzgados, según informaron fuentes jurídicas.

Ulibarri y Montoya negaron los hechos en su comparecencia ante el juez Velasco, que tuvo lugar esta mañana, y aseguraron que ese tipo de amenazas les produce “repulsa”. Los dos detenidos aseguraron que en su domicilio de Vitoria tienen una red wi-fi sin clave de seguridad, por lo que cualquiera podría haberla utilizado para enviar los mensajes a Jiménez Becerril.

La destinataria y receptora de los mensajes amenazantes fue la eurodiputada Jiménez Becerril, que recibió un correo electrónico el pasado 29 de junio en Bruselas. El mensaje hacía referencia a Alberto Jiménez Becerril, asesinado por ETA junto a su esposa en la noche el 30 de enero de 1998 en Sevilla. Además, el correo electrónico contenía amenazas e injurias contra la eurodiputada.

Después de que la europarlamentaria denunciase los hechos a la Policía belga, se iniciaron investigaciones conjuntas con el Servicio de Información de la Guardia Civil para la identificación de los posibles autores. Para ello se desarrollaron actuaciones en el ámbito de las nuevas tecnologías informáticas que han permitido identificar como presuntos autores a los ahora detenidos, que residen en el mismo domicilio de Vitoria.