La expansión urbana, el entubamiento de amplios tramos de los ríos, vertidos de aguas residuales, la eliminación del bosque de ribera, la explotación de los recursos hídricos, la contaminación por la agricultura intensiva, la proliferación de especies invasoras y retroceso de las especies autóctonas estarían poniendo “en grave riesgo” el caudal madrileño.

Según las organizaciones ecologistas, en la última década se ha acelerado en los ríos madrileños la pérdida de biodiversidad debido, entre otros puntos, a la expansión de especies como el pez gato, el percasol, la trucha arcoíris el cangrejo americano, todo ello mientras se han reducido las poblaciones de especies autóctonas como la boga de río, el barbo comizo, la trucha común o el cacho.

“La gestión de la fauna ictícola por la Consejería de Medio Ambiente va en dirección opuesta a la mejora de la diversidad autóctona, estimulando y amparando la suelta de miles de peces exóticos, como la trucha arcoíris, en las cabeceras de los ríos que causan daños sobre el medio y las especies nativas”, denunciaron los ecologistas.

En este sentido, señalaron que “a pesar de las denuncias de la Fiscalía de Medio Ambiente, el pasado mes de mayo, el entonces director general de Medio Ambiente soltaba truchas arcoíris, especie invasora, en el tramo alto del río Lozoya”.

Además, desde AEMS Ríos con Vida, ARBA, Ecologistas en Acción, Asociación Ecologista del Jarama ‘El Soto’, Grama y Jarama Vivo aseguraron que “en la Comunidad de Madrid no hay planificación ni objetivos para intervenir en esos escenarios”. Y es que, concluyeron, “la Consejería de Medio Ambiente ni siquiera acepta intervenir en las denuncias que se interponen por agresiones a los tramos fluviales protegidos que gestiona”.