El beneficio bruto de explotación (Ebitda) ascendió a 152,6 millones y crece un 6,8% frente a los 142,9 millones contabilizados en el primer semestre del pasado año.

Por su parte, la cifra de negocios neta aumentó un 1,1% y se situó en 1.070,3 millones de euros. El 54% procede del mercado exterior, gracias a la decidida apuesta del grupo español de infraestructuras, energía y telecomunicaciones por la internacionalización.

Según la compañía, las cuentas se han visto, de hecho, favorecidas por el crecimiento en Italia y Reino Unido, el refuerzo de su presencia en África, la “positiva evolución de las filiales en Estados Unidos” y la construcción de dos túneles ferroviarios en Noruega y de parques eólicos en Panamá, Jordania y Mauritania.

En la primera parte del año el grupo ha intensificado su actividad en el sector eléctrico tras adjudicarse la construcción de varios parques eólicos: uno en el municipio valenciano de Cofrentes, con 50 megavatios (MW) de potencia, y seis en Zaragoza, de 231 megavatios (MW).

En su división concesional ha iniciado además la construcción de seis parques fotovoltaicos ubicados en el Estado de Piauí (Brasil), y en Chile participa en la construcción de nuevos proyectos de trasmisión eléctrica.

Su cartera de contratos firmados pendientes de ejecutar en los próximos 12 meses alcanza los 2.237 millones de euros, por encima de los 2.229 millones de cierre de 2018. Un 78% de los mismos se ubican en países distintos a España y el 22% restante, por lo tanto, en el mercado nacional.