Sánchez refirió que el PIB “sigue creciendo de forma robusta” y, aunque admitió que “tiende a aminorar el ritmo” como el resto de las economías mundiales, reivindicó que “crecemos más que los países de nuestro entorno” y eso ha llevado, incluso, a algunos organismos internacionales a elevar sus previsiones para España a la luz de la evolución.

En este punto recordó que, frente al 2,2% de progresión de PIB que esperaba el consenso de mercado hace apenas “unos meses”, el Banco de España ha cambiado su proyección para elevarla al 2,4% y la Comisión Europea al 2,3%.

“Por lo tanto va a duplicar aproximadamente el crecimiento previsto este año respecto a la zona euro”, subrayó, reivindicando que la evolución está teniendo lugar de una forma “más equilibrada” que en el pasado gracias a un mejor desempeño de distintos vectores como el sector exterior.

Fruto de esa evolución señaló la creación de más de 500.000 puestos de trabajo en el último año, la reducción en casi 150.000 personas en el censo de desempleados o que los afiliados a la Seguridad Social hayan superado la barrera de los 19,5 millones de ocupados.

Sánchez indicó que el país ha logrado salir del brazo corrector de la Unión Europea que se “padecía” desde el año 2009 tras doblegar el déficit al 2,5%, que por vez primera desde el inicio de la crisis las administraciones públicas están registrando superávit primario y se está reduciendo el volumen de deuda.

“No nos conformamos. Tenemos el objetivo de sanear las cuentas públicas” reduciendo el déficit al 2% al fin de este año y colocando el valor de la deuda emitida al 95,8% del PIB, frente al 97% actual, explicó.

Pese a los avances conseguidos conminó a “huir de la complacencia” porque “no basta” con crecer, sino que hay que lograr que la progresión vaya en paralelo de un aumento de la competitividad y productividad, y sea inclusiva para que pueda “reducir lacerantes situaciones” de la población.

Entre ellas apuntó la precariedad en el empleo. “No basta crear empleo, sino que debe ser de calidad”, manifestó, apuntando a que se debe lograr además que cuente con la adecuada remuneración para conseguir que el 14% de los trabajadores que en la actualidad son pobres “puedan llegar a fin de mes”.

Sin embargo, reconoció que hay que “ser prudente” ante las incertidumbres exteriores y dudas que rodean a la economía y que “no se acaban de despejar”. La “realidad” es la que tenemos y es preciso tenerla “muy presente” para “saber qué programa de Gobierno podemos llevar a cabo”, apuntó.

En este punto refirió que no es factible “fiarlo al momento económico”, porque “los ciclos económicos se rigen por sus propias leyes” y las reformas “no pueden postergarse”, citando entre las prioritarias las que atañen a la educación, en materia de políticas activas de empleo o con el emprendimiento. “No podemos esperar mucho más tiempo si no queremos que España pierda el tren del progreso”, demandó.