El 71% de chicos universitarios apuestan “con asiduidad” y casi la mitad de estudiantes llegan al juego por la publicidad, según Fejar

- La Federación Española de Jugadores de Azar Rehabilitados ha presentado un Manual de Prevención de Adicciones en el Ámbito Universitario

Madrid
SERVIMEDIA

El 71% de hombres universitarios reconoce participar “con asiduidad” en apuestas deportivas telemáticas y juegos de póker a través de Internet, mientras que el 29% de las mujeres admite ser usuaria “habitual” de estos nuevos juegos.

Esta es una de las principales conclusiones de un cuestionario realizado a un millar de estudiantes españoles de 16 universidades por parte de la Federación Española de Jugadores de Azar Rehabilitados (Fejar), que este jueves ha presentado un Manual de Prevención de Adicciones en el Ámbito Universitario, elaborado a partir de la consulta.

El estudio, realizado en los últimos meses para determinar cómo llegan los jóvenes universitarios a los juegos de azar y su percepción del riesgo, desvela que existe una "mayor prevalencia" del juego entre los hombres, que también juegan a loterías y máquinas tragaperras, que entre las mujeres, que juegan a loterías o bingos.

El 46% de estudiantes encuestados accedieron a ellos por la publicidad, el 26% a través de sus amistades y el 15% por Internet y, a juicio de los investigadores, la publicidad y la estrategia de marketing de los operadores de juego es la que “prende la llama en los universitarios a iniciarse en el juego”, atraídos por unos mensajes directos que aseguran ganar dinero “muy fácil”.

Así lo explicó durante la presentación el director del proyecto y director técnico de Fejar, Juan Lamas, quien destacó la “precocidad” con la que los nuevos “adictos” reconocen haberse incorporado al juego, por debajo de la mayoría de edad y con una media de edad de 16 años.

Con todo, lo más sorprendente del estudio es, a su entender, la “baja percepción” que estos nuevos jugadores tienen en cuanto a los riesgos que comporta el juego. “Lo ven como una actividad totalmente normalizada y estructurada e incluso que sirve para generar habilidades sociales y matemáticas o probabilísticas”, abundó.

En cuanto a la detección de esta adicción, apuntó que no existe una “visibilidad física inmediata", pero que "la frontera que marca el utilizar el juego de una manera de ocio y entretenimiento a tener una dependencia o trastorno por juego viene dada por la falta de control". Una persona adicta al juego "no es la que gasta más o juega todos los días", señaló, para reseñar que se trata de un "problema de voluntad”.

En el caso de adolescentes, la adicción puede detectarse por su necesidad recurrente de conseguir dinero, la transformación de su personalidad, el aislamiento social, la utilización de la mentira y la justificación y el absentismo escolar.

No obstante, en el caso de los universitarios se trata de personas “muy inteligentes, que estudian carreras de ciencias y que tienen la percepción de que ellos controlan esa actividad”. “Tienen muy buenos expedientes, juegan porque saben que van a ganar” y, en algunos casos, “se plantean seriamente dejar de estudiar para vivir del juego”.

“No son los jugadores de máquinas tragaperras de hace 20 años, que eran obreros, sin cualificación y jugaban todas las tardes en el bar”, agregó.

Tras precisar que ni el estudio ni el manual “van en contra de los operadores”, sino que delatan un “problema de salud colectiva para que tenga el tratamiento y conocimiento necesario”, indicó que esta guía “marca las edades a las que se debe intervenir, así como una intervención proactiva en busca de hábitos saludables”, pero no lanza "ningún tipo de mensaje restrictivo y prohibitivo, porque se ha comprobado que tiene el efecto contrario”.

Para Lamas, “hay una fecha determinante” en el abordaje de este trastorno, la de la aprobación de la Ley 13/2011, de regulación del juego y, en este sentido, insistió en que Fejar “no está en contra del juego”, pero estima que no se trata de una actividad “inocua” y que la sociedad civil “tiene todo el derecho del mundo a decir que ese tipo de ocio no es inocuo y no lo quiere para sus hijos”.

“No es un problema de que tengamos enfermos, es un problema de que donde antes había 20 cines ahora hay 20 salones de apuestas deportivas”, señaló, para “desmitificar” a continuación el juego 'online', el más usado por los universitarios y en torno al cual, a su entender, existen unos controles de admisión “mucho más exhaustivos y objetivos que los que establece el juego presencial”.

De forma complementaria a la restricción del acceso a este tipo de juego, abogó además por aplicar estrategias de prevención “exactamente igual que se hace con el tabaco y otras sustancias, desde una edad muy temprana”, convencido de que también se trata de una “cuestión de hábitos".

(SERVIMEDIA)
11 Jul 2019
MJR/caa