El INE indica que 29.287.600 personas tenían entre 18 y 64 años en 2018, de las cuales 18.971.500 (el 64,8% del total) no tuvieron responsabilidades de cuidado de hijos menores de 15 años o de familiares dependientes de 15 años o más.

De las 10.316.100 personas restantes, alrededor de 8.267.900 (28,2%) cuidaron únicamente de hijos menores de 15 años; 1.494.600 (5,1%) lo hicieron sólo con familiares dependientes y 519.900 (1,8%) se encargaron de hijos y familiares dependientes.

Entre quienes cuidaron de hijos menores de 15 años, un total de 1.498.100 personas (17%) utilizaron servicios profesionales para esa labor, mientras que 7.281.000 no los emplearon, en este caso por diversos motivos, como que organizaron el cuidado de hijos solos o con su pareja (49,5%) y que lo hicieron solos o con la ayuda de abuelos, parientes o amigos (19,8%).

El porcentaje de mujeres que cuidaron solamente de familiares dependientes fue del 6,6%, por el 3,6% de los hombres, y esa diferencia se estrecha en cuando a los hijos menores de 15 años a cargo (29,0% frente al 27,5%).

En cuanto a la actividad, las mayores diferencias por sexo entre quienes cuidan regularmente de hijos propios o de la pareja menores de 15 años se dieron entre parados (un 32,6% de mujeres y un 19,8% de hombres) e inactivos (un 19,4% de mujeres y un 5,6% de hombres).

El porcentaje de ocupados que cuidaron de sus hijos fue mayor entre los hombres (34,1%) que entre las mujeres (32,8%), lo que se debe en buena parte por que las tasas de ocupación masculina son superiores a las femeninas y porque resulta más frecuente entre ellas dejar el trabajo para cuidar de los menores.

FLEXIBILIDAD LABORAL

Por otro lado, el año pasado había en España 6.270.800 asalariados entre 18 y 64 años con responsabilidades de cuidado de otras personas, motivo por el que un 45,9% podían modificar el inicio o el final de su jornada laboral (un 49,2% entre las mujeres y un 42,7% entre los hombres).

Por sectores, los que en mayor porcentaje permitían modificar el inicio y el final de la jornada laboral para asumir responsabilidades de cuidado eran los servicios (47,7%) y la industria (45,2%), al contrario que la agricultura (29,9%).

Y por ocupaciones, las que presentaron mayores porcentajes de flexibilidad laboral fueron directores y gerentes (67,3%); empleados contables, administrativos y otros empleados de oficina (57,8%), y ocupaciones militares (57,7%), en tanto que operadores de instalaciones y maquinaria, y montadores (31,5%), y trabajadores cualificados en el sector agrícola, ganadero, forestal y pesquero (36,5%) lo tenían más complicado.

Casi la mitad de los empleados de 18 a 64 años (concretamente, un 47,6%) con responsabilidades de cuidado de otras personas podían organizar en general su jornada laboral para disponer de un día libre (49,1% de mujeres y 46,2% de hombres), algo más fácil entre los que tenían la jornada parcial (53,7%) que los de jornada completa (46,5%) y entre los que trabajaban en el sector servicios (49,3%) y la industria (44,9%), así como los de ocupaciones militares (62,4%) y directores y gerentes (58,6%), frente a los de operadores de instalaciones y maquinaria, y montadores (38,1%), y artesanos y trabajadores cualificados de las industrias manufactureras y la construcción, excepto operadores de instalaciones y maquinaria (42,5%).

OBSTÁCULOS

Por otra parte, de los 7.518.800 ocupados con responsabilidades de cuidado, el 67,0% no consideraban que ninguna característica de su empleo dificultara la conciliación, pero un 12,0% afirmaron que la jornada laboral larga lo dificultaba, y un 10,7% que los horarios de trabajo imprevisibles o difíciles eran los principales obstáculos.

Por sexo, la jornada laboral larga afectó más a los hombres (13,5% de los ocupados con responsabilidades de cuidado) que a las mujeres (10,2%).

De las 17.326.900 personas de 18 a 64 años con algún hijo propio o de la pareja, un 28,1% abandonaron su trabajo en algún momento desde que dejaron sus estudios por cuidado de niños, de las que el 54,7% lo hicieron por un periodo inferior a seis meses y un 18,8% entre seis meses a un año. El resto lo dejaron durante más de un año.

Por sexo, el 86,9% de los hombres dejaron de trabajar seis meses como mucho. En el caso de las mujeres, un 49,9% lo interrumpieron seis meses; un 20,9% entre seis meses y un año, y un 9,4% entre un año y dos.