Desde la misma noche electoral, en el cuartel federal del PSOE en Madrid se barajó la posibilidad de que la líder de los socialistas navarros pelease por la hacerse con el Ejecutivo foral.

Así, en un análisis rápido de los resultados, según fuentes de la dirección a Servimedia, se vio que en esa negociación entrarían en liza alcaldías importante de Navarra porque los socialistas habían logrado ser la llave.

Si bien, la dirección federal dejó pasar los días y no aclaró del todo la posición que tendría a este respeto y, según apuntaron este lunes, ahora mismo Ferraz se desmarca de esta situación por las consecuencias que tendría y el lugar en el que deja a Sánchez a semanas de intentar su investidura como presidente del Gobierno.

Todo apuntaba a que la dirección federal permitiría los intentos de Chivite de intentar gobierno y frenar a la derecha hasta que, como adelantó El Confidencial, Ferraz publicitó que no avalará esta negociación con Geroa Bai, Podemos e Izquierda-Ezkerra porque conllevaría que Bildu sea la “muleta” durante toda la legislatura. En el trasfondo de este movimiento está la investidura de Sánchez y la presión del PSOE a Ciudadanos para que los de Albert Rivera se alejen de los pactos con Vox.