Acoso escolar
Celso Arango, psiquiatra: "El chivato de ayer es hoy un superhéroe contra el 'bullying'"
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El director del Instituto de Psiquiatría y Salud Mental del Hospital Gregorio Marañón de Madrid y catedrático de Psiquiatría de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) defiende que "el chivato de ayer es hoy un superhéroe contra el 'bullying'", porque el silencio es el mejor aliado del acoso escolar.
En un seminario organizado por Lundbeck, titulado 'Bullying y mobbing. La huella del acoso en la salud mental', el doctor Arango destacó que "las consecuencias del acoso escolar se pueden manifestar décadas después de haber sufrido 'bullying'. Existe una reacción inmediata ante el acoso, pero también una relación directa entre ser acosado y cambios en el desarrollo cerebral que afectan al afrontamiento de situaciones de estrés. El acoso es, por tanto, un factor de riesgo social y ambiental que produce alteraciones biológicas en el cerebro".
"Es fundamental realizar un abordaje preventivo en los sistemas educativos, que apueste por el respeto a la diversidad y la ayuda entre pares", subrayó el especialista. En este sentido, puso en valor el comportamiento de los compañeros que denuncian a los acosadores: "El niño al que hace años llamábamos 'chivato' de forma despectiva es hoy un superhéroe contra el 'bullying', reacciona y actúa contra el problema", rompe el silencio cómplice.
Haber sufrido acoso escolar y maltrato físico multiplica por seis las probabilidades de sufrir trastorno mental, que, a la larga, desembocará en una peor situación laboral. "Quien ha sufrido acoso escolar tiene también muchas probabilidades de sufrir acoso laboral", aseveró el doctor Arango.
Y si el acoso escolar es un grave problema social, el laboral, denominado 'mobbing', está también a su misma altura. La doctora Rosa Gutiérrez, jefa del servicio de Salud Mental de Alcobendas (Madrid), que también participó en el mismo seminario, cifró en un 14% la tasa de acoso laboral en España, aunque destacó que es solo la punta del iceberg, porque el 39% de los afectados no pide ayuda "muchos de los acosados tienden a echarse la culpa de lo que les pasa y porque el acosador en el 68% de los casos es su superior" y temen perder su empleo.
La doctora Gutiérrez propuso a las personas que sufren acoso en el trabajo que "lleven un diario de los actos de acoso. Que apunten todo, el día, la hora, lo que pasó y los compañeros que estaban en ese momento", para luego poder documentar el acoso, primero ante el médico y después en los tribunales, porque no hay que olvidar que "el acoso laboral es un delito".
También participó en el encuentro Juan (que prefiere no revelar más datos de su identidad), una persona con trastorno de Asperger leve, de 41 años, que aprobó unas oposiciones y sufrió acoso laboral durante mucho tiempo.
Juan relató que su calvario de acoso empezó en el colegio, siguió en el instituto -"me ponían chinchetas en la silla y petardos para que me asustara"- y luego continuó en su trabajo. "Se lo conté a un sindicalista y me dijo que lo que me hacían era normal, que yo era diferente y que luego se les pasaría", indicó.
Estuvo un año de baja porque el comportamiento de sus compañeros le provocó cuadros de anisedad que desembocaron en depresión. Pero finalmente ha vuelto a su trabajo, se ha recuperado, "aunque no del todo porque todavía tengo secuelas", y además ahora "tengo un nuevo jefe que me apoya".
Juan anima a todas las personas que sufren acoso en el trabajo a que lo denuncien, porque "es la única manera de resolver el problema".
(SERVIMEDIA)
26 Mayo 2019
MAN/caa