Así lo desveló hoy su presidente, Ignacio Garralda, durante la celebración de la junta general donde detalló que el grupo ha destinado 470 millones a una treintena de inversiones alternativas, con un “excelente” retorno –en 2018 la rentabilidad de esta cartera se situó ”en torno al 9%”, desveló-.

La entrada en nuevos activos y sectores como el ‘private equity’, infraestructuras o deuda privada tiene lugar buscando mejores retornos al patrimonio ante la situación de bajos tipos de interés y “siempre con la condición de que presenten un bajo nivel de riesgo y unas buenas expectativas de rentabilidad”, explicó.

Al cierre de 2018, su cartera de inversión alcanzaba los 8.552 millones de euros, muy por encima de los 5.214 millones en que se valoraban sus activos una década atrás y pese a la enorme complejidad experimentada por los mercados durante dicho largo periodo, refirió. La inversión adicional de 100 millones en renovables prevé materializarla dentro del Plan Estrategico 2018-2020.

Garralda efectuó este anuncio al realizar precisamente un balance de esa hoja de ruta y de un ejercicio 2018 del que subrayó que Mutua Madrileña logró, por vez primera en sus 85 años de existencia, acabar “como líder en seguros generales en España y mantenerse con el mayor ratio de fidelidad del sector”.

El plan estratégico busca impulsar aún más la diversificación del negocio y ampliar la presencia internacional, algo que consideró “necesario” cuando la economía nacional comienza a arrojar síntomas de “una ligera desaceleración” y a la luz del entorno de tipos de interés “ultrabajos” que el pasado año complicó la actividad del sector financiero español y europeo.

“Si a ello le añadimos, ya este año, las incertidumbres políticas, la caída de las matriculaciones y la introducción de nuevas formas de movilidad, cuyo efecto en el sector asegurador es, de momento, impredecible, es evidente que el entorno en el que vamos a desarrollar nuestra actividad empresarial se va a volver con el tiempo más complicado”, indicó.

De ahí que parte del plan estratégico pivote sobre tres ejes claves: la movilidad, con intención de ofrecer soluciones aseguradoras con independencia del tipo de medio que elija el cliente para moverse; la transformación digital para atender a las nuevas necesidades y hábitos del consumidor, y avanzar en la expansión internacional.

Durante su intervención resaltó la vocación del grupo de devolver, en forma de ventajas, servicios y ajuste de precios, los réditos económicos. En este sentido indicó que este año la compañía mantendrá congelado el precio de los seguros de autos a casi 900.000 clientes, “alrededor del 50% de los mutualistas”.

“Ninguna otra empresa del sector asegurador ha llevado a cabo en España una política de precios semejante durante el último lustro”, reivindicó en alusión a una estrategia que este año reeditará así por quinto año sucesivo.

Garralda indicó que puede acometerlo gracias a que, pese el entorno desfavorable, la compañía ha mejorado su rentabilidad y solvencia. Su beneficio neto creció un 6% el pasado año y ascendió a 266,9 millones de euros, con mejoras en todas las áreas de negocio, ganancias de cuota de mercado y gracias, “sobre todo, la bondad de la estrategia de diversificación geográfica y por productos que emprendimos hace ya algunos años”, afirmó.

Hoy los seguros de autos aportan el 28% del negocio frente al 83% que suponía en el año 2008, mientras que los ingresos por coberturas de Salud ya contribuyen con el 48% de la facturación total, las pólizas de multirriesgo añaden un 11% y los demás ramos el 13% restante.

En cuanto a la ubicación del negocio indicó que el peso de la Comunidad de Madrid ha descendido del 80 al 34% en esa década de apuesta por la diversificación en ingresos y geográfica, procediendo ya el 66% restante de otras regiones.

A pesar de la congelación de precios, la compañía logró aumentar un 3,3% los ingresos en el negocio de automóviles el pasado año y que ascendiesen a 1.487 millones de un total facturado por primas durante el ejercicio de 5.069 millones de euros.