González acudió esta mañana al Congreso de los Diputados a la capilla ardiente de Rubalcaba para despedirse de su amigo, al que dijo conocer desde que uno tenía 35 y el otro 25 años. “Como diría García Márquez, hemos mantenido una conversación que la muerte ha roto bruscamente”. La última charla, confesó ante los periodistas, fue hace unas semanas sobre el proceso de paz en Colombia.

El expresidente, que fue con su mujer Mar García Vaquero, estuvo en el Salón de los Pasos Perdidos velando a Rubalcaba sentado junto al presidente Pedro Sánchez y la familia socialista congregada.

Se ausentó un instante para trasladar a los periodistas que sufre “ese sentimiento de perder a un amigo y que de repente se interrumpa una conversación que merecía la pena continuar como en los últimos 40 años”.

“La verdad que todo lo demás que diga tiene poca importancia. He visto tantas valoraciones y debo decir, que se las merecía, era el político con más capacidad y más inteligencia de la política española”.

“Lo echo de menos ya, confesó, y seguro que lo voy acechar de menos, voy a echar de menos esa conversación interrumpida”. Su intervención concluyó con los aplausos de los ciudadanos que estaban en la cola para entrar a la capilla y que, en silencio, escucharon las palabras del expresidente.

Antes de abandonar el Congreso, González coincidió en el patio con José Luis Rodríguez Zapatero, con el que se saludó cariñosamente.