En la rueda de prensa posterior a la Junta de Portavoces, Sáenz de Santamaría lamentó que Salgado haya descartado más reformas en "un momento muy complicado" que las exige, y justificó la petición de comparecencia como "la mejor forma de evitar especulaciones".

Por lo demás, la portavoz popular remarcó la contribución en positivo del PP con propuestas parlamentarias como las que defenderá en el Pleno de esta tarde: una ley de reordenación del sector público empresarial y fundacional y un programa de reformas estructurales como enmienda al plan industrial del Gobierno.

Entre las 14 medidas de este último, destacó la de elevar al 20% la deducción por inversión en I+D+i y que recupere las deducciones a la internacionalización, así como otras para recobrar la unidad de mercado y garantizar la neutralidad de los reguladores.

Sáenz de Santamaría también replicó a las críticas vertidas contra el PP por el ministro de Presidencia, Ramón Jáuregui, quien esta mañana echó en cara a los populares su falta de apoyo y su siembra de desconfianza. "De un ministro se espera que gobierne y adopte reformas", señaló ella, calificando de "inaceptable que se dedique a echar balones fuera y a generar más desconfianza, insidias y confusión".

"Parece que se le da mejor la oposición. No tendrá que esperar mucho para volver a la tarea que parece que se le da bien", ironizó, asegurando que el PP ha apoyado más propuestas del PSOE que viceversa, siempre que sean para algo "sensato y razonable". Con todo, puntualizó, "no están en las filas del PP los que más han dudado de las reformas" económicas del Gobierno.

Por último, la portavoz popular se defendió de las acusaciones vertidas contra el PP por el portavoz del PNV, Josu Erkoreka, quien denigró las ansias de este partido de volver al poder. Según Sáenz de Santamaría, no se habría llegado a esta situación si desde mayo hubiera habido un cambio de Gobierno que hubiera generado confianza.

Por lo demás, atribuyó las palabras de Erkoreka a un intento de "distraer" la atención de su apoyo a los presupuestos y la congelación de las pensiones, que ve difícil de justificar ante los propios pensionistas vascos.