Su avance permitió que la situación patrimonial de los hogares subiese en paralelo desde valores equivalentes al 545,7% del PIB a un 549,8%, ya que la riqueza financiera, segundo factor que contribuye a la construcción de esos activos junto al patrimonio en ladrillo, descendió.

En concreto, el valor de la llamada riqueza financiera pasó de representar un 121% del PIB en el año 2017 a ser el 113% -en su cómputo se incluyen los recursos de las familias en depósitos bancarios, productos de seguros, en fondos de inversión y pensiones y la inversión directa en activos como puede ser la renta variable-.

La patronal Inverco analiza los últimos datos del Banco de España sobre el ahorro financiero de las familias españolas que en al cierre del 2018 se situó en 2,15 billones de euros.

Las posiciones netas tomadas por las familias –compras menos ventas de activos- se situaron en 22.426 millones de euros o entorno al 1,8% del PIB, pero el fuerte desplome de los mercados y sobre todo la corrección de la renta variable hizo que el saldo de los activos financiero se contrajese al final en 34.343 millones.