Según fuentes cercanas a Iglesias, que hoy participa en un mitin en Valencia a las 18.00 horas, las encuestas internas y sus estudios sobre las redes sociales atestiguan una remontada de Podemos desde la vuelta de Iglesias, y un parón en el ascenso del que se ha beneficiado el PSOE a su costa. En estos momentos, quien más estaría sufriendo en sus expectativas electorales es Ciudadanos, mientras que entre el PP y Vox seguiría habiendo trasvases difíciles de precisar.

Podemos no cree, en todo caso, que la formación de ultraderecha vaya a sobrepasarles el 28 de abril, y esperan “mucho más que 40 escaños”, entorno en el que le mueven las últimas encuestas. El mismo Iglesias recalcó ayer en la Ser La Rioja que el barómetro del CIS hizo sus preguntas antes de su retorno del permiso de paternidad y que "han pasado muchas cosas" desde entonces, por lo que vaticinó que su partido dará la sorpresa.

A recuperar a los votantes que volvieron al PSOE en los últimos meses van dirigidos muchos de los mensajes de Iglesias en los mítines, en los que avisa de que podría pactar con Ciudadanos si le dan los números, lo que no sería un Gobierno de izquierdas sino de derechas.

Ayer, en Nalda (La Rioja), el líder de Podemos apeló precisamente a los votantes progresistas que en otro momento preferirían al PSOE para reclamarles un voto que obligue a este partido a formar gobierno con ellos, e incluso confesó que los socialistas no les habían tomado en serio en sus negociaciones por no haber formado parte del Ejecutivo, para así poder pedirles una vez más fuerza democrática suficiente para obligar al partido de Sánchez a admitir sus demandas de mejoras sociales.

Sánchez, cuya presencia en el debate a cuatro en que ha quedado el inicialmente propuesto por Atresmedia pero desautorizado por la Junta Electoral Central, llegará poco bregado en artes dialécticas, puesto que la dirección de campaña del PSOE no ha querido prodigarle en debates ni entrevistas.

Otras fuentes del partido añaden que la ausencia del “imprevisible” líder de Vox, Santiago Abascal, podría perjudicar al PSOE, quien ha basado su campaña en el miedo a esta formación. Sin su presencia, vetada por la Junta Electoral Central, Podemos confía mucho en la habilidad dialéctica de Iglesias. También está muy satisfecho con el papel que ha hecho su número dos, Irene Montero, en los dos que ha participado.

Finalmente, desde Podemos se justifica la campaña en tono menor que ha venido llevando a cabo hasta ahora, con actos que “se parecen mucho más a los de 2014”, por su cierto “elemento plebeyo” y la “autenticidad” que transmiten teloneros no profesionales muchas veces tomados de colectivos sociales humildes, frente a los grandes eventos en que se prodigó en las anteriores elecciones generales.