Así lo anunció hoy el grupo de infraestructuras fundado con la compra del negocio de construcción, agua y energía a Isolux Corsán por parte de un equipo de directivos y que preside Federico Ávila.

En el que ha sido el ejercicio de arranque Lantania alcanzó un resultado de explotación (Ebitda) de 7,7 millones y un resultado antes de impuestos de 5,3 millones, además de reducir un 33% su endeudamiento gracias a que dedicó más del 90% de la generación de tesorería a amortizar deuda.

Hoy su pasivo se sitúa en 2,3 veces el Ebitda, el patrimonio neto en 5,7 millones, y los activos por encima de los 70 millones de euros, además de contar con una cartera de obra en curso superior a los 200 millones, integrada por un total de 33 proyectos.

“Hemos superado con nota este primer ejercicio, batiendo con creces las cifras reflejadas en nuestro plan de negocio para 2018, tanto en ingresos como en resultado y en nueva contratación”, subrayó Federico Ávila, quien apuntó perspectivas "muy positivas" para el presente ejercicio.

De cara a 2022 su hoja de ruta incluye alcanzar una facturación de 145 millones como escenario conservador y superar los 200 millones en el más favorable.

Pero a un plazo más corto, para 2019, se ha propuesto entrar en determinados clientes estratégicos y en licitaciones internacionales, además de culminar operaciones corporativas.

Lantania se encuentra “en fase final de cierre de varias operaciones corporativas que esperamos anunciar en breve y que nos aportarán un incremento importante de cartera, así como la entrada en nuevos sectores y mercados”, anunció su presidente.